Palma Pilar Pellicer Local uh Redes sociales, Instagram y TCA (trastorno conducta alimentaria)

«Escuché a una niña de 3º de Primaria decir: 'yo sé qué hacer para tener más seguidores en las redes: enseñar las tetas y el culo'». El policía tutor Silvestre del Río advierte de que muchos menores viven ahora «bajo la dictadura del like», pues esta es la nueva manera de «ser popular», y ya no en su entorno social sino en el mundo digital. Es una de las consecuencias que la pandemia ha propiciado, ya que con el confinamiento se pasó mucho tiempo delante de las pantallas.

Desde la irrupción de la COVID las primeras consultas por un Trastorno de la Conducta Alimenticia (TCA) han crecido un 25 % pero la pandemia quizá solo hizo aflorar un problema que cuenta con otro factor reseñable: las redes sociales. De todo ello se está hablando estos días en el XIII Congreso AETTCA específico en la materia que analiza esta patología más allá de la pandemia. El psiquiatra Oriol Lafau, coordinador autonómico de salud mental, señaló que el incremento «no tiene precedentes en la historia». La cifra es similar en todo el país y tiene un género y una edad: «Siempre se ha señalado más a la mujer que al hombre, él es más invisible. Además, como está relacionado con las nuevas tecnologías, afecta a las personas jóvenes, las chicas de 12 a 25 años son siempre las más afectadas», señala el experto.

La doctora Beatriz Martínez, psiquiatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, habló de cómo las personas que usan más redes sociales tienen una mayor atención a la imagen o a la corporalidad que quien no las usa. «Para los adolescentes compararse es lo habitual, de forma evolutiva, y ahora se ha potenciado», explicó. El problema crece cuando se accede, de forma rápida y gratuita, a las vidas ajenas. Habitualmente edulcoradas y se ha visto que consumir contenido idílico potencia la distorsión de la imagen del cuerpo. «Ya no quieren ser como la que sale en la revista, con Photoshop, quieren ser como su ‘yo avatar’, el que les devuelve el móvil. Es una realidad más accesible», señaló la especialista. «En estética se ha visto a muchas personas que ya no llevan la foto de la famosa, sino la suya propia pasada por filtros», añadió.

Y es que las redes sociales han ido perfeccionándose para convertirse en lo que cada uno quiere ver y hasta llegar a ser. El periodista y formador en competencias digitales, David Arráez, advirtió que su razón de ser es enganchar al usuario y es que en este mundo si algo es gratis, tú eres el producto.

Buen ejemplo de ello es la aplicación TikTok, cuyo algoritmo secreto para captar adeptos, «se ha convertido en el Santo Grial». Esta red «basada en los contenidos» engancha. «Saben lo que escribes, el contexto, con qué dispositivo, desde qué lugar e incluso si interactúas con la pantalla. Conocen tus gustos y qué audiencias locales hay en tu entorno», describió el experto que incidió en que desde esta red «perfilan a los chavales y ya no hay escapatoria». Para Arráez la trampa de las redes se puede desmontar conociendo y explicando que parte del misterio de su éxito es una gran mentira.