La Policía Nacional desplegó vehículos policiales en diferentes puntos del hospital de Son Llàtzer.  | Julio Bastida

Máxima tensión en el hospital de Son Llàtzer de Palma. La muerte, probablemente por causas naturales, de un bebé de tan solo un mes de vida obligó a la Policía Nacional a ‘blindar’ el complejo hospitalario, a realizar un acompañamiento del furgón fúnebre y  mantener un dispositivo de custodia en el Instituto de Medicina Legal de Palma.

En torno a las diez de la mañana de este domingo, una joven pareja llegó al módulo de Urgencias Pediátricas del hospital. Lo hizo en compañía de su bebé de corta edad. Todo apunta a que el pequeño había sufrido un episodio de parada cardiorrespiratoria y falleció. A falta de confirmación oficial y de los informes de la autopsia, se apunta a un episodio de muerte súbita. A partir de ese momento, se vivieron momentos de gran tensión y nerviosismo. Los padres y allegados estaban muy nerviosos, se personaron en el hospital, pero la situación se comenzó a complicar cuando intentaron acceder al interior y algunos comenzaron a recriminar a los profesionales sanitarios su actuación.

Refuerzos

Acto seguido, el personal de seguridad se desplazó hasta la zona de Urgencias Pediátricas pero se vio superado en número por los familiares del bebé y fue necesario llamar a la Policía Nacional. En cuestión de minutos, numerosos ‘zetas’ se desplazaron hasta el lugar y tuvieron que ‘blindar’ el hospital.  Los agentes, que entendían perfectamente el dolor de los padres y de los familiares, mediaron para que cesara la hostilidad hacia el personal sanitario, que lo único que había hecho era intentar salvar la vida del pequeño. Tras varias horas de nervios y tensión, la normalidad volvió al recinto hospitalario. No obstante, para evitar nuevos incidentes, la Policía Nacional situó vehículos en la puerta de Urgencias, se controlaron los accesos y el personal de seguridad privada estuvo de forma permanente en la entrada del hospital.

Escolta policial

Finalmente, a las 15.35 horas, el furgón fúnebre, escoltado por un vehículo radio patrulla, condujo el cadáver del pequeño hasta el Instituto de Medicina Legal. En ese punto, junto al cementerio de Palma, dos vehículos policiales estuvieron custodiando y vigilando que no se produjeran más altercados. Ahora, el médico forense dictaminará la causa de la muerte.