Un grupo de turistas, espera el tren que se dirige a Sóller, Mallorca. | Matias Chiofalo

El 89,8 por ciento (prácticamente nueve de cada diez) de los turistas que visitan Baleares aceptan pagar más por un alojamiento si sirve para contribuir a la financiación de acciones con potencial para compensar o reducir las emisiones, según un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

El estudio, ha explicado la UIB en una nota de prensa, se hizo entre agosto y septiembre de 2022 en el aeropuerto de Palma y se entrevistó a 1.530 turistas de 18 nacionalidades diferentes. En líneas generales, el 98,6 por ciento de los turistas que visitan Baleares son "plenamente conscientes" de la huella de carbono que va asociada a sus desplazamientos.

La investigación ha sido dirigida por los doctores Àngel Bujosa y Antoni Riera, del grupo de investigación en Análisis Económico de los Impactos del Turismo (Aeit) de la UIB y se ha financiado en el marco de la última convocatoria de ayudas para llevar a cabo acciones de investigación y desarrollo tecnológico de la Dirección General de Política Universitaria e Investigación del Govern. Al mismo tiempo, forma parte de la tesis doctoral de Llorenç Femenias, estudiante del programa de Doctorado en Economía Aplicada.

PREOCUPACIÓN POR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Según ha quedado recogido en el estudio, el 91,6 por ciento de los turistas que visitan Baleares se muestran preocupados por los efectos negativos que, a escala global, se derivan del cambio climático.

Por este motivo, un 83 por ciento consideran que será necesario que la humanidad modifique los patrones de consumo y producción y un 67,2 por ciento siente la responsabilidad personal de contribuir a través de acciones que permitan reducir o compensar su huella de carbono.

Concretamente, en referencia a las actividades de turismo y ocio que llevan a cabo, el 47,6 por ciento de los encuestados se muestran dispuestos a modificar sus patrones de viaje para reorientarlos hacia alternativas menos contaminantes.

Aún así, sólo un 12 por ciento de los encuestados planean evitar el uso del avión en sus desplazamientos futuros, una proporción que desciende entre los turistas británicos y españoles y entre aquellos de edad más joven o que hacen visitas frecuentes al archipiélago.

A FAVOR DE MEJORAR LA CALIDAD AMBIENTAL

Ya en el destino, la mayoría de turistas (95,7 por ciento) se muestra dispuesto a apoyar acciones y proyectos orientados a reducir o compensar la huella de carbono que deriva de su estancia.

Así, en materia de reducción, a pesar de valorar positivamente los esfuerzos de descarbonización a través del aumento de energías renovables, se decantan por aquellas acciones que impactan positivamente sobre la calidad ambiental del destino y, al mismo tiempo, mejoran su experiencia turística. De hecho, muestran preferencia por el consumo de productos frescos y de kilómetro cero.

Por otro lado, en materia de compensación muestran una predilección especial por proyectos ambientales locales, frente a nacionales o internacionales, que tienen capacidad de neutralizar las emisiones de CO2, como la repoblación de bosques y el aumento de la cubierta verde en las Islas.

PAGAR MÁS PARA REDUCIR LAS EMISIONES

Conscientes de los costes que estas acciones suponen para los establecimientos turísticos de las Islas, el 89,8 por ciento de los turistas se muestran dispuestos a colaborar monetariamente, aceptando un aumento de la tarifa de alojamiento siempre que se acredite el potencial de estas acciones de reducir o compensar las emisiones.

Precisamente, la tarea del equipo investigador de la UIB se orienta en estos momentos a traducir en unidades monetarias las preferencias que manifiestan los turistas por acciones de reducción y compensación.

Según han apuntado, se espera que los resultados obtenidos, siguiendo la metodología de los 'experimentos de elección', ampliamente utilizada a la literatura especializada, contribuya no solo al despliegue de acciones de reducción y compensación de la huella de carbono asociada al turismo sino también al diseño de políticas comerciales orientadas a captar nichos de mercado más comprometidos con la calidad ambiental del destino.