Catalina Beltran y Miquel Vives encontraron a 'Perla', un ca rater de once años, muerta en su huerto. | Alejandro Sepúlveda

Catalina Beltrán tendía la ropa en la terraza trasera de su domicilio, en Lloseta, y encontró ocho bolsas de plástico con la inscripción raticida. Estaban juntas, de dos en dos, envueltas con gomas elásticas. ‘Perla’, su ca rater de once años, había mordido una de las bolsas la mañana del pasado 16 de enero.

La mujer entregó el veneno que encontró a la Policía Local de Lloseta. El 17 de enero volvieron a ver en su terraza raticida granulado de color azul. Una de las bolas que supuestamente lanzaron quedó encallada en su tejado.

«El miércoles, dos días después, fuimos a comprar el periódico y al volver encontramos a la perrita muerta», cuenta su marido, Miquel Vives, que espera que los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil les interrogue por la muerte del animal.

Un matrimonio de Lloseta denuncia que sus vecinos han matado con veneno a su perra.
Miquel Vives y Catalina Beltran sujetan la denuncia por la muerte de su perra y una foto de 'Perla', un ca rater que tenía once años.

–¿Tienen a algún sospechoso?
–Sí, los vecinos del segundo piso. El sábado pasado se marcharon.
–¿Por qué lo habrían hecho?
Por venganza. El hombre me desafió en la entrada del edificio. Escupió en el suelo y me dijo que un día teníamos que hablar. Su pareja, un día se puso a las diez de la mañana con la música chum-chum-chum, esa música moderna, y mi mujer no podía más y llamó a la Policía Local.

Catalina Beltrán recuerda que no podía ni escuchar la televisión. «Dos o tres días a la semana ponían la música a tope como si fuera una discoteca». El matrimonio asegura que ‘Perla’ no molestaba a nadie. «Yo he llorado mucho y me sabe muy mal por la perra, pero... ¿y si hubiera sido un niño de cinco años el que hubiera cogido la bola para probarla?».

Un matrimonio de Lloseta denuncia que sus vecinos han matado con veneno a su perra.
Catalina Beltran encontró ocho bolsas de plástico con raticida.

Catalina y Miquel, que viven en un primer piso, explican que solo arrojaron esta sustancia a su patio y que nunca ha habido ratas. Están convencidos de que los autores de la muerte de ‘Perla’ fueron sus vecinos del segundo y que fue por venganza. El matrimonio quiere que se haga Justicia mientras busca otro ca rater.