Cuatro rostros populares, mayormente por las series de televisión, protagonizan «Excusas», de Jordi Sánchez y Joel Joan, el sábado en Can Ventosa.

El auditorio de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas del próximo sábado día 4 la representación de «Excusas», de Jordi Sánchez y Joel Joan. El popular actor Pepón Nieto encabeza el reparto de esta divertida y a ratos amarga comedia juvenil, compartiendo protagonismo con otros rostros conocidos de la audiencia juvenil, sobre todo la que consume series de televisión: Miguel Hermoso, Ana Labordeta y Blanca. La dirección y la dramaturgia del montaje corren a cargo de Pep Antón Gómez.

La historia de «Excusas» arranca cuando Begoña ha organizado una cena romántica para dar una sorpresa a Jesús, su marido. Una sorpresa que sin duda alguna cambiará sus vidas. Pero un antiguo amigo de éste, Cristián, se presenta inesperadamente en su casa. Tiene una gran noticia para Jesús. Una noticia que también puede cambiarlo todo. Sólo hay un problema, Jesús tiene pánico a cualquier cambio, por pequeño que sea.

Estrenada en catalán en 2001, «Excusas» ha sido una de las comedias más celebradas en la presente temporada en los puntos de la geografía española que ha recorrido; un éxito que ha funcionado sobre todo gracias al medio de publicidad más eficaz y más antiguo (amén del más económico), el boca a oreja. Una obra que se mueve entre la risa, la carcajada, el estupor y hasta la perplejidad. Con un final en el que el dramatismo indudable y doloroso de la historia obliga al espectador a mirar en su entorno buscando sus propias excusas, sus propios miedos y sus propias e insuperables barreras a la hora de hacer frente con honestidad y valentía a sus propios sentimientos.

Jesús (Pepón Nieto) y Begoña (Ana Labordeta) interpretan a una pareja cuyo denominador común, a falta de amor, es la cobardía. Begoña no huye con José Antonio (el hombre de su vida) por si en un futuro la abandona; Jesús no viaja a Nueva York por miedo; miedo a su esposa y miedo a la inseguridad de un cambio. Jesús es víctima de la rutina y la cotidianeidad. Begoña acaba odiando a un hombre al que nunca amó, porque nunca se puede amar lo que sólo es reflejo de uno mismo.