El artista italiano Franco Monti (Milán, 1931-Eivissa, 2008) falleció hace unos días a los 77 años tras una larga enfermedad.
Entre las últimas experiencias como artista de su vida, el escultor viajó hace apenas unos meses a Mallorca para inaugurar la exposición de una veintena de esculturas de pequeño a medio formato en la Galería d'Art Joan Oliver 'Maneu' de Palma. Muestra que aún se puede visitar.

Franco Monti, que destacó en su faceta de importante coleccionista, comenzó a interesarse por el arte visitando exposiciones de Rouault o Picasso, pero pronto se dio cuenta de que lo que le interesaba realmente era la escultura, pero no la escultura griega clásica, sino otra más antigua, la egipcia, abstracta, potente, la sumeria y el arte africano de intenso y arcano contenido.

Quedó tan fascinado por la escultura africana, la cual definía como «un arte en el que conviven abstracción y naturalismo», que decidió aventurarse en Àfrica, una aventura que duró 30 años.

En los años cincuenta comenzó a moldear y a esculpir en piedra figuras antropomórficas con tenedencias abstractas. Lanzándose más tarde al ensayo con nuevos materiales como la madera, el hierro o el cartón piedra.

Sin embargo, fue al retirarse, al inicio de los ochenta, cuando se reencontró con la escultura. Con su llegada a Eivissa comenzó a exponer su propia obra, que él mismo reconoció estar influenciada por el arte africano en su proceso de creación y en el modo de idearla, y por el mundo literario.

Para el artista, Eivissa supuso una nueva etapa. El clima, la luz, el silencio y el mar le transmitían una atmósfera congenial a su trabajo. En 2005, con la publicación del libro Estelas de color. La escultura de Franco Monti, de J.F. Yvars, se presentaba la producción ibicenca de Monti desarrollada en un taller situado en una pinada.

En los últimos años, Franco Monti presentó diferentes exposiciones en Mallorca, Eivissa y Barcelona. Así destacan la muestra que realizó en 2006 en el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa titulada La belleza callada de las piedras, o en 2002, Encontre, junto a Erwin Bechtold. Además de la exposición en Ses Voltes, en 1999.