Poetas y organizadores antes del recital en la Casa Pessoa de Lisboa. | Carles Domènec

El recital que siete poetas de Balears ofrecieron el pasado martes en la Casa Fernando Pessoa de Lisboa, demostró que las Islas y Portugal tienen su conexión más directa en la cultura. El último inmueble en el que vivió el autor de El libro del desasosiego, convertido en museo, fue el escenario donde los escritores isleños recitaron sus propios poemas, tras ser presentados por el periodista Sebastià Bennasar.
El menorquín Ponç Pons, divertido en su primera intervención, fue capaz de conmoverse y, por extensión, emocionar a los asistentes con un poema inédito sobre su padre: «No quiero que te mueras, padre, nunca más», concluyó, antes de desaparecer del estrado y conseguir contenerse.

Varios acentos
Gabriel Sampol traductor de autores portugueses como José Saramago, Antonio Viera o el propio Pessoa, leyó su interpretación de la concurrida Praça do Comércio de Lisboa. Antoni Xumet, comedido y refinado, Miquel Cardell y sus elaboradas rimas, la catedrática ibicenca Helena Alvarado, el ibicenco Manel Marí -a veces indescifrable- y Clara Fontanet, la más joven, completaron la secuencia en la cita literaria en la capital lusa.
Acabado el recital, Manel Marí y una espectadora anónima portuguesa, que resultó ser cantante, se enfrascaron en un juego improvisado. El ibicenco cambió los versos por las teclas del piano de cola del escenario y la lusitana Patricia Domingues cantó en portugués, en una traducción de Ana Sofia Guerreiro y Anna Cortils, dos poemas de Marí. El canto desgarrador de Domingues y los dedos de Marí, que se movían por pura intuición, lograron que, en la segunda jornada de la semana de la cultura balear en Lisboa que organizan el Institut Ramon Llull (IRL) y la conselleria d'Educació i Cultura, el intercambio de acentos encontrara en la cultura un camino natural para el encuentro. Cita que continúa hasta hoy con otras propuestas, más una exposición de pintura que se abre el sábado en Oporto.