Medalla d'Or de la Comunitat a Pere A. Serra. | Teresa Ayuga

El mundo del arte, la cultura y la política -con la ministra de Cultura, Àngeles González-Sinde, y el president balear, Francesc Antich, a la cabeza-, además de su familia y amigos arroparon ayer al presidente del Grup Serra, Pere A. Serra, en el acto de imposición de la Medalla d'Or de la Comunitat Autònoma celebrado en la Sala Miró, que contiene el germen de la colección del Museu d'Art Modern i Contemporani Es Baluard, con obras aportadas por el propio Serra.
La Medalla d'Or es la distinción más importante de cuantas otorga el Govern, reconoce «una actitud de servir a nuestra tierra» y Pere A. Serra se ha hecho merecedor de la misma «como empresario, editor, periodista, mecenas artístico y promotor de la cultura y del conocimiento de nuestra historia, por su liderazgo en la prensa balear y por la introducción de la lengua catalana en los medios de comunicación».
Acudieron las primeras autoridades de las Isla, a excepción de la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, que «excusó su presencia ante Presidència del Govern, institución que la había invitado», según fuentes municipales. Estuvieron la presidenta del Parlament, Aina Rado; el delegado del Gobierno, Ramon Socías; la presidenta del Consell, Francina Armengol; el vicepresidente del Parlament, Pere Rotger, así como los consellers Albert Moragues (Presidència), Bartomeu Llinàs (Educació i Cultura), Carles Manera (Economia), Joana Barceló (Turisme y Treball), Josefina Santiago (Benestar Social) y Jaume Carbonero (Obres Públiques).


Un día importante

«Es un día importante para mí -comenzó Pere A. Serra-, no porque me dan una medalla, sino porque me dan esta medalla, con la que soñaba y que esperaba. La esperé cuando llevamos a cabo la Gran Enciclopèdia de Mallorca en 27 tomos, después de diez años de trabajo bajo la dirección de Miquel Dolç, una personalidad a la que no podremos olvidar; la esperé también cuando acabó la edición en catalán de la obra magna del Arxiduc Lluís Salvador, Die Balearen, pero lo que no podía soñar jamás es que me dieran la Medalla d'Or en esta Sala Joan Miró».
Y es que de alguna manera el espíritu de Joan Miró también acudió a la cita, porque estaba muy presente en la memoria de Pere A. Serra, que lo recordó como un hombre siempre educado, amable y atento que cuando hablaba con alguien de España lo hacía en español y cuando hablaba con alguien de Francia, lo hacía en francés. Por eso prefirió continuar en castellano su discurso -hasta ese momento en mallorquín-, por deferencia hacia la ministra. Como telón de fondo excepcional al acto de entrega de la Medalla d'Or estaban las ilustraciones de Miró para los poemas de 21 autores mallorquines y, a su lado, el célebre Abecedario, sobre el que el presidente editor de Ultima Hora llamó la atención de los asistentes para subrayar los trazos típicos de un pintor al que se reconoce en todo el mundo. Y quiso recordar también la predisposición que siempre tuvo para trabajar junto a sus amigos. «Quedan tantísimos recuerdos de Miró, tantos detalles, como el trabajo de El Vol de l'Alosa; realmente estoy tan emocionado que debo permanecer en un punto muy discreto, como decía Confucio, buscar la mitad de las cosas con sentido común».


Unas Islas mejores

Para terminar su discurso, el editor quiso agradecer la generosidad del Govern «hacia mi persona, tal vez inmerecida» y remarcó «el deseo de que tengamos la fuerza de tener unas Islas mejores, que no nos dejemos impresionar y seamos capaces de conservar nuestras tierras, nuestros paisajes», así como dejar un legado para el futuro, como el que personajes como Guillem Sagrera, que edificó la Lonja y la Seu, dejaron para nosotros».
Tuvo unas palabras de recuerdo para los dos sollerics que antes de él obtuvieron la Medalla d'Or de la Comunitat: «Juli Ramis, magnífico exponente del paisajismo mallorquín, aunque al final de su carrera se hiciera abstracto; y Guillem Colom, el geólogo famoso en todo el mundo, un autodidacta que nos enseñó a amar no sólo nuestra tierra por sus paisajes, sino hasta el subsuelo». Comparado con ellos, dijo, «yo sólo soy un pobre infeliz y como menos soy, más tengo que agradecer». Finalizó sus palabras con un «¡Visca Mallorca, visca Balears y a ver si podemos hacer una nueva Seu que sea importante!».
Tras una larga y sonora ovación por parte de los presentes, tomó la palabra la ministra de Cultura, Àngeles González-Sinde, quien recordó que han pasado ocho meses desde que el Ministerio que dirige le condecoró con la Medalla al Mérito de las Bellas Artes y «hoy se le entrega la Medalla de Oro de Baleares».