El Santo Grial de la Catedral de Valencia podría volver a Eivissa este año.

JULIO HERRANZ

El Obispado de Eivissa ha solicitado al de Valencia que autorice el traslado este año a la isla del Santo Cáliz de la Catedral de la capital del Turia, justo cuando se cumplen los dos siglos de la estancia secreta durante casi dos años de la reliquia, considerada por muchos historiadores y especialistas como el auténtico Santo Grial; es decir, el cáliz usado por Jesús para consagrar el vino en la Última Cena. «No estuvo sólo el Santo Grial, sino casi todas las reliquias de la Catedral de Valencia; en cajas que fueron depositadas en una casa particular del barrio de la Marina. De hecho, nadie supo que el Santo Cáliz estuvo en Eivissa, ni lo que había realmente en las cajas, salvo quien las trajo, uno de los canónigos de la Catedral que había sido párroco en Eivissa y tenía amistades en la isla», explicó ayer a este periódico el delegado del patrimonio eclesiástico de las Pitiüses, Francesc Torres Peters.

Concretando las fechas, el tesoro «salió de Valencia el 4 de marzo de 1810, en un barco que también llevaba el santísimo Cristo del Grao. En la calle de la Cruz hay unas baldosas esmaltadas que recuerdan donde estuvo depositado el Cristo», preciso Torres Peters, añadiendo: «El Santo Cáliz y casi todo el resto de reliquias y relicarios estuvo en Eivissa hasta el 15 de febrero de 1812, casi dos años. De aquí lo reclamó el Gobierno español para Mallorca, donde fundieron casi todo, excepto el Grial y poco más, para hacer monedas. La guerra es así. De la Catedral de Eivissa también se fundieron cosas; nuestros canónigos mandaron mucha plata para pagar la guerra contra el francés», precisó.

Pocas esperanzas

La posibilidad de que el Obispado de Valencia autorice la visita del Santo Cáliz a la isla para recordar la bicentenaria efemérides es más bien remota. «Desde que está en Valencia, ha salido en contadísimas ocasiones de la Catedral, y siempre por cuestiones de fuerza mayor, como la 'Francesada' o la Guerra Civil. Las veces se pueden contar con los dedos de una mano, precisamente por el gran valor que tiene», observó el responsable del patrimonio eclesiástico pitiuso.

Pocas esperanzas, pues, aunque hasta que el Obispado de Valencia no responda, la ilusión del de las Pitiüses sigue en pie. «Sería una gran alegría para Eivissa y una manera extraordinaria de señalar la efemérides que recuerda que el Santo Cáliz estuvo escondido dos años en Eivissa; lo que, probablemente, le salvó para nuestro patrimonio, porque los franceses igual se lo hubieran llevado para el Museo del Louvre», consideró con toda lógica Torres Peters.

HISTORIA

El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, considerado por muchos expertos como el verdadero Santo Grial, fue donado al templo en 1437 por Alfonso V el Magnánimo. Muchos estudiosos creen que era propiedad de la familia de San Marcos el Evangelista, que hizo de intérprete de San Pedro en Roma. Debido al grave peligro que suponía que la preciosa reliquia cayera en manos de los romanos, el Papa Sixto II, sabiendo que pronto sería martirizado, confió la copa a su tesorero y diácono, San Lorenzo, quien lo entregó a un soldado que lo llevó a Huesca, donde permaneció hasta la invasión musulmana, en 713. Tras muchas peripecias históricas, no todas documentadas con rigor, en 1399 pasó a ser custodiado en Zaragoza a petición del rey de Aragón, Martín I el Humano, hasta que Alfonso V lo donó a Valencia.Durante la Guerra Civil estuvo escondido en el compartimento secreto de un armario tras una pared de piedra.