Vista cenital que se presenta en la exhibición.

El arquitecto formenterés Marià Castelló es la contribución pitiusa a la exposición 'Humanizar la ciudad. Arquitecturas de Madrid y Barcelona' que se inaugurará el próximo jueves día 9 en el Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya y que ya estuvo presente en Madrid, entre el 6 de octubre y el 15 de noviembre del año pasado. La muestra reúne a quince estudios o arquitectos de ambas ciudades para convertir el paisaje urbano en un verdadero núcleo de convivencia.
Na Blanca den Mestre es la higuera más significativa de la isla de Formentera, el máximo exponente de un modelo de 'construcción' popular orgánico-artificial perfeccionado a lo largo de generaciones. Según explica Marià Castelló, y siendo una estructura de 356 metros cuadrados, para sustentar tal superficie, con el paso de los años se ha ido practicando la técnica de la sustentación de las ramas por dos motivos: impedir que lleguen al suelo porque volverían a enraizar y, el fundamental, proporcionar cobijo al ganado.
Modelado
Marià Castelló señaló que este tipo de higueras puede considerarse como «arquitectura porque es la demostración o la manipulación de un árbol para dar cobijo y, por tanto, responde a la definición de arquitectura como espacio construido o modelado por la manos del hombre».
Esta 'edificación', a modo de sala hipóstila, precisa de 143 'estalons' o puntales de madera que están repartidos por las distintas 'perxades' que vienen a ser las jácenas de un edificio convencional y la superficie construida, es decir, el cobijo que da esta monumental higuera, es de 356 metros cuadrados. «Un extraordinario ejemplo de equilibrio entre naturaleza y artificio que es un icono de gran belleza en la llanura del paisaje insular», señaló Castelló.
La constitución continuada obliga a hacer una reflexión respecto a cómo se va constituyendo la estructura horizontal, las 'perxades', 'ulls de poll' y 'estalons', así como la labor de mantenimiento imprescindible para hacer posible que este 'edificio' alcance tales dimensiones. «Los 'ulls de poll', en uve sirven para impedir el desplazamiento lateral del edificio, el viento -explicó Castelló-, podría provocar un empuje horizontal y hacer girar el tronco con lo que entonces la consecuencia sería el colapso del 'edificio'». Por su parte, los 'estalons' o puntuales se limitan a transmitir verticalmente hacia el suelo la carga, y se hacen de madera reaprovechada como la sabina, el olivo borde u otros árboles de gran resistencia; pese a ello, periódicamente hay que cambiarlos porque la parte enterrada acaba pudriéndose y, lo que a veces se hace, es cortar la parte inútil y colocar en su lugar una piedra que no altere el equilibrio ni la fuerza.
De esta manera, la vista zenital presentada en la exposición muestra un esquema de cómo se han ido construyendo las diferentes 'perxades' que circundan el tronco. Tres de ellas son circunferencias completas, aunque más o menos asimétricas. Pero en la parte sur hay dos semicírculos entre las 'perxades' para ayudar a sustentar la expansión en esa zona.
Finalmente, se destaca que, si bien al principio sólo se utilizaba madera reaprovechada, en los círculos exteriores, los que soportan menos peso ya que las ramas son mucho más delgadas, ya se están utilizando redondos de acero corrugado de 25 mm. Se trata del mismo tipo que se usa para el hormigón armado que representa, según Castelló «la incorporación de materiales de construcción contemporáneos que cumplen muy bien su función en las zonas de carga menos solicitadas».
Evolutivo
En lo que a paralelismos para este tipo de adecuación o manipulación de la higuera se refiere, Marià Castelló explicó que no se han encontrado o no tienen conocimiento de esta práctica en otros países y señaló, como dato puramente anecdótico, que en Francia «encontramos una higuera soportada por pilares de piedra y así crece como cubierta de un edificio. Pero el sistema de Formentera es totalmente autóctono y no se da en ninguna otra parte. Ni tan siquiera en el resto de las Balears, por las condiciones en las que crecen -en lugares más protegidos del viento-. El tipo de higueras en sí, no propicia ni su gran desarrollo horizontal y por tanto su aprovechamiento como resguardo».

Hacia el sur
Es muy curioso observar que las higueras de Formentera, en la zona del Pla d'en Mestre, del tipo 'ficus carica', tienen una clara tendencia a desarrollarse de forma asimétrica y siempre hacia el sur. Ello se explica según Castelló, «por los vientos dominantes, que en esa zona son de norte, y por la concurrencia de la proximidad al mar, que impregna el aire de salitre que quema las parte altas de la higuera». Así se comprende que crezcan siempre de forma horizontal y con dirección al sur. Los autores del artículo encontraron una, de no tan grandes dimensiones, «absolutamente asimétrica -remarcó Marià Castelló-, ya que las tres cuartas partes de la higuera estaban en la zona sur del tronco».