María Jesús García Ojosnegros, presidenta de la Associació Recuperem Acueducte de s'Argamassa (Rasar), convocó ayer a todos los miembros de la agrupación y a decenas de vecinos de la zona para realizar una labor de limpieza en los márgenes del monumento romano que se encuentra completamente desprotegido en estos momentos.
Fue la propia García quien, tras múltiples peticiones a altas instancias culturales tanto de la Isla como del Estado, se reunió ayer con el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, con el fin de conseguir respuestas a las peticiones de una conservación y una señalización adecuadas para el acueducto.
Cuando ésta concluyó la presidenta de Rasar aseguró que había sido la mejor de todas las reuniones que ha mantenido hasta la fecha con distintas entidades. «Por primera vez han admitido que tendrían que haber protegido el monumento y el Ayuntamiento expresó su voluntad de mirar hacia adelante para que así sea», apuntó García.
Ella misma fue la que relató al primer edil de Santa Eulària la evolución que había sufrido el BIC desde al año 1973 y le presentó documentación que reflejaba las construcciones que se encuentran dentro de los límites de protección del acueducto romano.
«La propuesta del ayuntamiento es reponer las cosas, en la medida de lo posible, a su estado original», señaló la presidenta de la agrupación y destacó que lo fundamental es «proteger los yacimientos porque están al alcance de cualquiera».
El deseo de María Jesús García Ojosnegros es lograr alcanzar un acuerdo entre las tres administraciones que tienen competencias sobre el monumento. «Ya sea por dejadez, desidia o desconocimiento hay que evitar la evasión de responsabilidad que he percibido hasta el momento», apuntó. La presidenta de Rasar anunció ayer que la arqueóloga Ana Mezquida ha mostrado interés en colaborar con el Ayuntamiento y Consell para dar importancia al yacimiento, trazar su ruta y redactar un proyecto con las zonas que hay que excavar.
«Durante el encuentro con el alcalde he percibido que no quería tirar balones fuera. Ha admitido la realidad pretérita pero ha asumido la responsabilidad para el futuro y se ha comprometido a poner en marcha el proyecto de manera inmediata», aseveró García, quien horas más tarde encabezaba la expedición que colocó carteles a lo largo del acueducto señalando el deterioro progresivo que sufre esta joya arquitectónica.