El londinense Paul 'Dizzy' Saunders, ayer, en un momento de la entrevista.

El teléfono de Paul 'Dizzi' Saunders no para de sonar durante la entrevista. «Hay que recoger a varios artistas en el aeropuerto, ir a buscar unos documentos a la imprenta, terminar los últimos detalles del montaje en Atzaró», explicaba ayer el promotor y galerista londinenese. Saunders será el anfitrión de la jornada que comienza esta tarde, a las 20 horas en Atzaró, y que supone el plato fuerte del festival artístico de 'Urban in Ibiza', que se desarrolla desde el día 8 hasta el 16 de este mes en el agroturismo de Sant Llorenç. Durante la tarde de hoy, más de 80 obras llenarán el recinto en una jornada en la que también habrá diez artistas haciendo live painting, dos desfiles de moda, música y cinco Djs hasta la madrugada. Con una contribución de 10 euros, los visitantes obtendrán el catálogo de la exposición, una participación para la subasta de obras y colaborarán con la entidad sin ánimo de lucro Warchild, que mejora las condiciones de vida de niños en lugares de conflicto bélico.
Ahora que afronta la celebración de la tercera edición de 'Urban in Ibiza', Saunders recuerda que su primer contacto con el arte urbano se produjo en Eivissa hace doce años, durante su primera visita a la Isla. «Conocí a un hombre que tenía una tienda de ropa en Dalt Vila. Tenía 50 obras de Bansky, que vendía a 30 euros. Los compré todos. Tras dos años se vendían a un precio de entre 1.000 y 2.000 libras cada uno», rememora el londinense y añade que el festival mantiene ese aroma de los inicios y ha incorporado elementos que tienen que ver con su pasado como promotor musical.
A pesar de que la esencia se mantiene, Saunders asegura que «la criatura se ha convertido en un animal completamente diferente». Con una asistencia que prevé superar las 2.000 personas del año pasado y con una cifra récord de artistas, Saunders ha preparado, durante un año, la celebración del evento más grande que se ha encargado de organizar y que atraerá a la Isla a artistas de Francia, Reino Unido, Holanda o Estados Unidos, entre otros lugares, lo que hará de este, un encuentro verdaderamente internacional. «Conozco el trabajo del artista de la Isla, Jerom», asegura refiriéndose al arte urbano hecho en España. «He estado hablando con él y creo que incluirá dos obras suyas en la muestra», señala Saunders que añade: «Queremos incorporar, año a año, a más artistas de aquí, dado que el evento se celebra en Eivissa y lo contrario me parece algo injusto».
«Un artista de la isla vino una vez a mi casa porque quería alquilarla. Vio todas las obras que tenía en el salón y él decía que eran 'Hijos de Warhol'. Me encantó esa definición para el arte urbano», asegura el galerista, que destaca el hecho de que, a día de hoy, el artista neoyorkino se ha convertido en un pintor coleccionable como Picasso o Van Gogh. Sin embargo, a la hora de tratar el arte urbano o el arte de altura, Saunders considera que no debería haber diferencias. «Conozco a gente a la que no le gusta el arte urbano porque cree que no es tan 'artístico'», relata el inglés, que agrega: «Creo que el arte urbano transmite un mensaje y unos valores que la alta cultura ha perdido. La obra de los artistas es un poco más política y lo que se crea es algo más que un cuadro».
Contraste
El contraste siempre ha sido uno de los motores de este encuentro multicultural. «El hecho de llevar a un entorno paradisíaco el arte urbano ha sido muy sorprendente para los artistas, que están acostumbrados a trabajar en otro tipo de especios», asegura el impulsor del evento, que concluye diciendo que no ha sido difícil atraerlos a la Isla ya que, según él, «Eivissa supone un atractivo irresistible para todos los artistas».

Con el corazón en Londres
Tras mudarse de nuevo a su Inglaterra natal, Paul 'Dizzi' Saunders decidió abrir una galería de arte urbano en Notting Hill, uno de los barrios afectados por los disturbios que sacuden estos días diversos puntos de Inglaterra. Ahora, en la distancia, recuerda como muchos artistas y amigos se han visto afectados por los saqueos. «Es un movimiento que se basa en destuir las comunidades en las que viven», explica con tristeza y apunta que: «Está formado por jóvenes de entre 15 y 20 años, a quienes todo esto les resulta divertido pero están guiados sencillamente por la codicia». De hecho, el propio Saunders ha tenido que cancelar un evento que coincidía con el carnaval de Notting Hill y se plantea suspender otro evento ya que pondría en peligro la integridad de su galería.