Fernando Arrabal (Melilla, 1932) es una de las figuras de la cultura internacional, especialmente en España, que más controversia genera por su postura frente a la vida, el arte, la historia y especialmente frente a la sociedad y a sí mismo. Marcado por la desaparición prematura del padre, en el alzamiento nacional de 1936 en su Melilla natal.
En la película que se presenta mañana, a las 22 horas en el Jardí de ses Eres de Formentera, y que Pierre Alexis de Potestad montó en 2008 con las grabaciones realizadas entre 2002 y 2003 por el que fue su asistente, nos muestran a un Arrabal interpretándose a sí mismo en función de sus papeles, momentos o facetas que quiere mostrar en determinados momentos. Y es que, no hay un Fernando Arrabal sino múltiples que se superponen y enfrentan en función del instante.
Arrabal ha sido durante décadas un personaje mediático, requerido y olvidado, controvertido y provocador, ese es el Arrabal personaje de sí mismo, el Arrabal que dirige películas, escribe teatro, poesía, novelas, ensayos y no deja de seguir hurgando en la memoria, sus conocimientos culturales son enciclopédicos, en el ajedrez del que es tan apasionado que fue comentarista para prestigiosos periódicos y sobre todo en el saber vivir y saber provocar.
El documental abunda en trozos de sus películas, escenografías, happenings de arte pánico y se centra en especial en el Arrabal que llegó a París en los 55, se consolidó en los 60 y fue un referente hasta las últimas década del siglo pasado. Películas como 'Viva la muerte' su famosa carta al Franco y otras propuestas vitales le convirtieron en un enemigo público en España hasta el punto de ser catalogado junto a Santiago Carrillo o La Pasionaria como las personas más peligrosas para el país.
Arrabal siempre ha estado celebrando la ceremonia de la confusión, la que el mismo crea y de ahí su paso y ligazones con el movimiento surrealista a través de André Breton, el dadaísmo de la mano de Tristan Tzara y la creación junto a Roland Topor y Alejandro Jodorowsky del grupo 'Pànic'.