María Luisa Medina, pertenece a una saga de pintores, escultores y poetas, entre los que se encuentra el reconocido escultor José Luis Medina. La artista inaugura hoy, a las 19,30 horas, una exposición en Can Jeroni (Sant Josep), titulada Paisajes Interiores. En ella, aquel que visite la exposición encontrará más de 30 óleos y 8 esculturas creadas en Madrid y Sant Josep. La sala arranca la temporada expositiva con esta muestra, que permanecerá abierta hasta el 4 de marzo. El horario de la galería es de martes a domingo, de 10,30 a 13,30 horas y de 18 a 21 horas.
María Luisa Medina se formó en la escuela de Bellas Artes de San Fernando y durante treinta años ha sido profesora de dibujo técnico y educación plástica en un instituto de Madrid. Desde los años 80, la autora visitaba la Isla de manera asidua y, hace un año, decidió fijar aquí su residencia definitiva.
Estos cambios de escenario han influido de manera notable en el resultado de la obra de María Luisa Medina. Las pinturas creadas en Madrid muestran, según ella admite, «espacios cerrados, vibrantes de luces y sombras, largas sesiones en el estudio de Madrid, gamas de azules que recorren el lienzo bajo la luz eléctrica, mensajes ocultos de soledad, nostalgia, duda». Sin embargo, las obras creadas en Eivissa reflejan «la luz que dibuja todo con suaves sombras, melancolía de objetos encontrados que dan forma a una idea creada al aire libre, en una isla cuyos límites son el mar: es donde vivo, donde creo y donde sueño», señala.
Evolución
Paisajes interiores es, según Medina, «una representación artística de la evolución del mundo interior a través de las imágenes, son dos palabras que definen y dan sentido a las diferentes etapas de mi trayectoria artística».
El calzado como botas, zapatos viejos y zapatillas de ballet pueblan la obra de la artista. Para ella son la prenda que mejor describe a las personas. Precisamente, en esta muestra se expone el cuadro que inauguró la serie y en el que pueden verse unas zapatillas colgadas en una silla junto a un pájaro enjaulado. La autora explica que lo pintó cuando una de sus alumnas, apasionada del ballet, decidió ingresar en un convento de monjas.
Medina confiesa que no piensa en exposiciones, ni tampoco en series, sino que, «simplemente el tema sale y luego yo lo busco y lo busco. Es un proceso de creación que se origina con una motivación que lo pone en marcha, continua con la preparación, la elección de materiales, de la técnica. Luego llega la incubación, los bocetos, etc.». Pero para ella el momento más gratificante es el de «inspiración, es la chispa, el momento mágico que hace posible lo imaginado. El resultado final siempre será una obra inacabada; son las miradas de los espectadores las que ponen un punto y final y generan nuevos procesos».

Los óleos de una escultora
En cuanto a su paleta cromática, la autora tiende a utilizar colores fríos. «Soy escultora», afirma María Luisa Medina, que añade: «Los escultores tenemos fama de dibujar bien, pero quizás no tienes en tu formación tanta riqueza de color». Para ella prima el dibujo y la luz al color. «Lo que define todo no es el color, es la forma. Si pintas un plátano violeta todo el mundo te dirá que es un plátano. La forma es objetiva, el color subjetivo», subraya.
La artista tiene claro que lo que desea ahora es centrarse en la escultura. «Quiero tallar y esculpir», explica.
La muestra que recoge la galería de está compuesta por una pequeña selección de obras que la artista ha creado desde 1989 hasta la actualidad.