El músico belga Georges Verwilt, ayer, explicó el programa que presentará en Can Ventosa.

Ha perdido la cuenta de en cuántas ocasiones ha dirigido a la Orquestra Simfònica Ciutat d'Eivissa pero el próximo domingo, el músico belga Georges Verwilt se pondrá de nuevo al frente de esta formación ibicenca. Lo hará durante el concierto que tendrá lugar el domingo, a las 19 horas en Can Ventosa. El programa está compuesto por una pieza de Mozart titulada L'empresari, que será la obertura. A continuación la Sinfonía número 94 Surprise, de Haydn, y como colofón la Sinfonía número 4 Italiana, de Mendelssohn.
Su abuelo tocaba el órgano y su padre formaba parte de una gran orquesta. Viniendo de una saga de músicos, la música corría por sus venas y logró hacer de su hobby, su profesión. Incluso participó como violinista en la formación de su padre. Sin embargo, su pasión por Mozart creció durante sus estudios de dirección de orquesta en Salzburgo en los años 60. «Allí tuve la oportunidad de profundizar en su música y se ha convertido en mi favorito hasta la fecha», asegura Verwilt, que desde 1996 decidió establecer su residencia en Eivissa.
«Ahora siempre que puedo intento incluir alguna pieza de mi gran amigo Mozart en cada concierto, ya sea en España o en Bélgica, me gusta mucho», subrayó ayer el músico belga, que dio su primer concierto de violín en solitario a los seis años.
Verwilt asegura que Surprise, la segunda pieza del concierto tiene «una melodía preciosa y, como dice el título, contiene una sorpresa». El director considera que es importante que los músicos de orquesta toquen piezas clásicas para formarse una base sólida.
El tema que cerrará el concierto, Italiana, de Mendelssohn, narra sus experiencias en Italia cuando era un joven con problemas de dinero que, a pesar de venir de una familia de dinero, lo ha perdido porque ha sabido disfrutar de la buena vida y de los placeres de la vida italiana. Verwilt la define como «fuegos artificiales».
Talentosos
No es la primera vez que la Orquestra Simfònica se pone a las órdenes del director belga. Es por ello que es capaz de apreciar el talento de los músicos ibicencos. «Es una pena que den tan pocos conciertos al año», subrayó Verwilt, que agregó: «Si tuvieran la oportunidad de tocar en más ocasiones, serían capaces de crear su propio estilo ya que son unos músicos que dan lo mejor de sí mismos en cada ocasión».