Era una tarde fría de de febrero. Corría el año 1932 y Walter Benjamin se reencontró en una calle de Berlín con su viejo amigo Félix Noeggerath. Nadie hacía presagiar que en ese encuentro fortuito nacería un vínculo que duró prácticamente toda la vida y que se estableció entre el filósofo alemán y Eivissa.
Ahora, como si de un Heródoto moderno se tratara, sus historias y vivencias en la Isla han sido editadas por Riveneuve en el libro titulado Récits d'Ibiza et autres écrits (Historias de Ibiza y otros escritos).
La obra, que está disponible en la biblioteca municipal de Can Ventosa, ha sido traducida al francés por Pierre Bayart, que se ha encargado también de redactar la introducción.