Residente en la ciudad de Salamanca, Antonio Colinas continúa manteniendo un estrecho contacto con Eivissa. | ARGUI

En un momento de la conversación mantenida en un bar junto al Passeig de s’Alamera, Antonio Colinas señala que tenía en mente «emprender una vida nueva, poner otro ritmo» tras su ‘jubilación’, especificando que lo de jubilación debería ir entre comillas. Y pocas afirmaciones parecen más ciertas, vista la agenda que el poeta mantiene para los próximos meses, en la que destacan tres proyectos vinculados estrechamente a Eivissa, isla en la que se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones y a la que regresa puntualmente.

La pintura y la música se unirán en breve a la obra poética de Colinas a través de tres iniciativas junto a la violinista Lina Tur, al pintor Cis Lenaerts y al compositor Miguel Ángel Roig Francolí. «Son proyectos especiales y queridos que vienen de amigos», enfatiza.

En el caso del último de ellos, Colinas señala que el músico estrenará en octubre en Cincinnati (EE UU) una obra a partir de las Cinco canciones con los ojos cerrados del poeta leonés. «No he escuchado la música, pero Roig Francolí me ha mandado las partituras. Su música me gusta mucho y escribí hace tiempo en la revista Eivissa del Institut d’Estudis Eivissencs un artículo sobre una de sus primeras composiciones». Sobre la música del compositor, Colinas apunta: «Tiene ese sentido de infinitud que también me interesa mucho desde el punto de vista literario y creo que su música casa muy bien con estos cinco poemas».

Antonio Colinas no podrá asistir al estreno de la obra, pero, como le señaló el propio Roig Francolí, espera que «la crisis permita traerlo alguna vez a Eivissa».

Catorce retratos

A la presentación que sí podrá acudir el poeta es a la de la carpeta que firma junto al pintor Cis Lenaerts y que verá la luz el próximo mes de septiembre. El poemario «inédito o parcialmente inédito», según matiza el propio Colinas, Catorce retratos de mujer es el punto de partida de esta aventura artística que aúna la palabra y la pintura.

«Son catorce cuadros sobre los Catorce retratos de mujer y para Cis ha sido una ilusión muy grande hacerlos porque hacía mucho tiempo que quería que colaboráramos de algún modo», recuerda el escritor. «Su interpretación de los poemas es muy buena, abstracta y con un color muy especial. Presentaremos la carpeta y la idea de Cis es la de exponer los cuadros en un segundo momento».

Esta particular ‘trinidad’ artística de Antonio Colinas con Eivissa se cierra con la repetición en Salamanca, «y quizá en Madrid», del concierto recital en homenaje a Bach que llevó a cabo junto a la violinista Lina Tur en el auditorio de Cas Serres el pasado mes de marzo. «Recito La tumba negra y Lina interpreta una Partita de Bach. Resultó muy bien en Eivissa y ahora hemos decidido llevarlo al Teatro del Liceo de Salamanca», explica Colinas, quien, al hacer memoria sobre el nacimiento de este proyecto, no tiene reparos en reconocer que «fue un poco sobre la marcha, pero el resultado fue muy bueno».

«Nos citamos el día antes del recital en el auditorio. Allí estaban los técnicos de luces, de sonido, Fernando Monge... Hicimos un vídeo doméstico con los ensayos, y nada más. Nos lanzamos a la piscina, pero quedó muy bien», añade Colinas asintiendo ante la sugerencia de que, en muchas ocasiones, este tipo de aventuras tienen algo de magia.

Agenda

No parece la vida de un ‘jubilado’, y realmente la sensación se confirma cuando el escritor desgrana el resto de su agenda más cercana: «En noviembre hay unas jornadas en Francia sobre mi poesía en la Universidad de Clermont-Ferrant y en enero iré a América, un viaje que me habían propuesto y que había retrasado». Colinas pasará por Cartagena de Indias (Colombia), Costa Rica y Honduras. «Allí la poesía es un fenómeno muy diferente al nuestro. Es muy popular, muy de la calle, muy vivo. La clave creo que está en las escuelas. En los recitales ves a maestros de escuela con sus alumnos. La poesía es como una de las válvulas de escape de estos países», reflexiona.

Y entre viaje y viaje, el regreso eterno a la obra de Giacomo Leopardi, autor de quien acaba de traducir Las pasiones para la editorial Siruela. «He vuelto a traducir, aunque quería dejar de hacerlo, y ha sido un libro de Leopardi, que siempre acaba junto a mí —menciona con un brillo en los ojos—. En casa ya se le odia un poco, pero siempre vuelve a mi vida, en este caso con un libro duro, como su filosofía del pesimismo».

El apretado ciclo de compromisos de Antonio Colinas se cerrará en estas fechas más cercanas con su presencia en Cosmopoética, en Córdoba, el 5 de octubre, para intervenir en la mesa redonda Novísimos. Decadentismo y modernidad junto a Luis Antonio de Villena y José María Álvarez.