José MIguel López, durante el festival de jazz celebrado la pasada semana en Eivissa.

Con los sonidos del concierto de Jesse Davis del pasado sábado aún retumbando en el baluarte de Santa Llúcia, el responsable del programa Discópolis de Radio 3 (de Radio Nacional de España), José Miguel López, partió de Eivissa hacia Ciudad Rodrigo, en Salamanca, donde tenía previsto participar en la XV Feria de Teatro de esta comunidad autónoma, que se celebra en Ciudad Rodrigo para ofrecer la ponencia Claves para conseguir mayor audiencia.

Para su análisis en la ciudad castellana, que tuvo lugar el pasado martes, López puso como ejemplo tres festivales de nuestro país: Eivissa Jazz, la Feria Folk de Zamora y el Festival Folk de Segovia. Respecto a la cita ibicenca, aún fresca en su memoria, el conductor de Discópolis señaló a este periódico que intentó transmitir a su audiencia en Ciudad Rodrigo cómo «este año han pretendido atraer más público con la colocación de la Disco Jazz» junto al bar instalado en el baluarte de Santa Llúcia, lo que consideró una experiencia positiva poniéndola como muestra de qué tipo de iniciativas pueden tomarse en un festival para acercar otros públicos. Pero López también apuntó hacia el recorte presupuestario que ha sufrido Eivissa Jazz y a que la afluencia de público se había resentido debido a la incorporación en el programa de muchos grupos locales. «Salvo el último día, el público acudió menos a los conciertos ya que los grupos locales tienen menos tirón, pero un figurón como Jesse Davis sube la audiencia exponencialmente», dijo.

Calidad

En su charla, quien ha sido la voz del festival ibicenco durante los últimos años añadió que entre las principales claves para conseguir que el público se interese y acuda a un festival se encuentran el mantener la calidad en todos los aspectos del certamen, tanto artísticos como técnicos y sostener igualmente la ‘marca’, un aspecto que puede considerarse inmaterial pero que, al tener que ver con las percepciones, es muy difícil de situar en un punto alto pero muy fácil de desperdiciar y de dejar caer.

Para López, la primera pregunta que debe hacerse la organización de un festival es la de qué público se desea, bien uno de carácter indiscriminado u otro más especializado, más interesado en la programación que se prevé ofrecer.