El pintor Gilbert Herreyns. | LAURA TUR

Con la verdad por delante, Gilbert Herreyns reconoce que «es complicado» para él explicar la exposición que este lunes inaugurará en la sala de cultura del Ajuntament Vell de Formentera (20,00 horas) y que lleva por título Notes Pitiüses. Aunque más allá de la dificultad de poner en palabras lo que es la experiencia artística de crear una muestra como esta, hay un hecho, más bien un color, que la define y la viste por completo.

El rojo sigue acompañando a la mente y la mano de Herreyns a la hora de plasmar su visión sobre la tela. Así, continúa con la experiencia iniciada en octubre del pasado año en la galería Via 2 de Vila, que llamó El Vermell por un motivo evidente.

En Notes Pitiüses, que podrá visitarse hasta el día 15 de septiembre, el artista ha reunido las obras que ha realizado en los últimos tiempos, principalmente en Formentera. «La isla es muy importante para mí —reconoce—, siempre me da un toque diferente y es una fuente de inspiración constante. La manera de enfrentar una obra no es distinta si lo hago en Eivissa o en Formentera, pero según el lugar pueden surgir cosas diferentes. Se trata de un fenómeno inconsciente, ya que la mente absorbe ese ambiente diferente».

En el Ajuntament Vell, Herreyns colgará unas quince obras de diversos formatos. Pero, pese a lo dicho anteriormente, el rojo no será el absoluto dominador de la escena, puesto que el pintor incluirá también unas pocas piezas en azul y negro. «Hace unos años decidí empezar a experimentar con el azul. Tenía claro que el siguiente en la lista sería el rojo y ahora estoy profundizando en él. Desde hace bastantes años trabajo solo con los colores primarios, y a veces con el negro. Es una evolución de mi personalidad que se refleja en la pintura», reflexiona.

Materia vegetal

Al referirse a Notes Pitiüses, Herreyns sí hace hincapié en un aspecto más allá del color. Se trata de la «intervención más matérica», como él mismo la define, que ha aplicado a su obra. «He usado materiales vegetales de la Isla sobre la pintura, respetando siempre la base, los ritmos, la estructura geométrica... En algunos casos esa estructura se difumina un poco, pero siempre hay un balance, un equilibrio», remarca Herreyns, para quien el lenguaje «tiene siempre una parte de misterio, un componente creativo que alberga algo de un misterio muy difícil de definir». «Es tu misma esencia —señala como respondiendo a su propia pregunta— que busca traducirse a través del cuadro, de extenderse más allá de ti mismo».

Herreyns, de origen belga y que lleva unas cuatro décadas residiendo en las Pitiüses ha defendido en más de una ocasión que su investigación y experimentación sobre los colores va «más allá de lo científico y se ciñe a un plano más artístico y mental».