Las autoridades escuchan al director del museo, Jordi Fernández, durante su recorrido por las diferentes salas. | (c) Sergio G. Canizares

6 millones de euros y más de diecisiete años después, ayer por fin llegó uno de los días más esperados por muchos residentes de la Isla: la reapertura del Museo Monográfico de Puig des Molins.

Por eso no es extraño que Enrique Varela, subdirector general de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, por la mañana empezara su presentación de las reformas llevadas a cabo agradeciendo «la paciencia que han tenido los ciudadanos». Después fue el momento de detallar la inversión de seis millones de euros que ha llevado a cabo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en dicho edificio desde 1995 para reorganizar sus usos, dotarle de instalaciones adecuadas y adaptarlo a la normativa de seguridad: «4 millones a las labores de arquitectura, 1,2 a museografía, medio millón al yacimiento, 300.000 al equipamiento y 12.000 a la restauración de colecciones».

Con todo ello el Museo Monográfico de Puig des Molins presenta un nuevo aspecto que ha valorado muy satisfactoriamente el director del centro Jordi Fernández. «Ha tardado en llegar la reforma pero por fin está aquí por lo que ahora es el turno de disfrutar de él».

Según los datos oficiales el museo, que Fernández definió como «un libro abierto que recoge todo sobre el rito funerario de los antiguos ibicencos», dispone de 1.514 metros cuadrados de superficie útil que han quedado distribuidas en tres plantas.