Aspecto actual del claustro, donde se exponen los trabajos.

La cara de sorpresa de los alumnos de La Consolación la mañana en que entraron y descubrieron el claustro decorado con estandartes, escudos e incluso columnas romanas dibujadas en papel sobre las puertas de las clases no se le olvidará al profesor José Manuel Ruiz. Él fue el impulsor de las jornadas escolares púnico-romanas, un proyecto desarrollado a lo largo de todo el curso escolar y que ha permitido a estudiantes de todas las edades (a este centro acuden alumnos de entre 3 y 18 años) revisar y acercarse a esas páginas de la historia de la isla en la que viven. «No hay que olvidar que nuestra escuela está en el barrio de sa Capelleta, una zona arqueológicamente sensible ya que nos situamos sobre la necrópolis feniciopúnica más importante del Mediterráneo», recuerda Ruiz. Y en un barrio, recuerda el tríptico que han repartido a los padres para que estén al día del proyecto, «que seguramente era el barrio artesanal que dependía de la acrópolis de Iboshim».

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