José Carlos Díez, en una entrevista en TVE.

El economista José Carlos Díez se ha convertido en los últimos meses en un extraño fenómeno editorial al conseguir con un libro de no ficción, Hay vida después de la crisis (Plaza y Janés), la proeza de vender 50.000 ejemplares de un trabajo que, reconoce, «no es el de un economista feliz». «Es un libro para enfrentarse a la realidad y también un libro de propuestas», señala telefónicamente desde una cala de Sant Carles, donde pasa unos días de descanso con su familia tras unos meses muy intensos de promoción que han favorecido que este trabajo, el primero de estas características que afronta, alcance su sexta edición y esté a punto de salir también traducido en Alemania y quizás también en inglés.

«Vosotros aquí en Eivissa vivís la crisis de otra manera porque aquí la economía está funcionando, Eivissa ha hecho lo que tenía que hacer: diferenciarse y apostar por un modelo que le funciona, pero en el resto del país la situación ha llegado a estar muy mal», apunta. José Carlos Díez presentará el libro el sábado en la librería Hipérbole de Vila a partir de las ocho de la tarde, «encantado» de estar en una isla a la que no venía desde 2009 y que ha encontrado ligeramente diferente, porque aunque las cifras de llegada de turistas son históricas no se ve la misma «alegría a la hora de gastar». «La diferencia», apunta, «estará en el gasto turístico, que es lo fundamental, y los datos parece que dicen que está siendo menor, ¿verdad?», inquiere.

El autor, «uno de los más influyentes del momento», según recuerda su editorial, es economista jefe de Intermoney, el bróker financiero más antiguo de España. También ha sido profesor de la Universidad de Alcalá de Henáres y en la actualidad imparte clases de Macroeconomía Internacional en Icade. También participa habitualmente en medios como La Sexta, Onda Cero, The Economist, Financial Times, Bloomberg, El País, Cinco Días o Expansión, además de mantener un blog, El economista observador.

«Hay muchas cosas aún por hacer; y sobre todo hay que pensar en el futuro y dejar atrás el pasado, porque la gente lleva un cabreo...», señala el economista, que ve preocupante, por ejemplo, la nueva propuesta del FMI de que en España se rebajen los sueldos un 10%. «Ese, desde luego, no es el camino para salir de la crisis».