Andrea Bozzi, ayer, junto a una de sus obras en el espacio de exposiciones de El Hotel Pacha.

El pintor Andrea Bozzi (Milán, Italia, 1954) decidió cambiar su ciudad natal por Eivissa a finales del verano de 2012. Transcurrido un año, su trabajo podrá verse por primera vez en la Isla en la exposición La negación de la casualidad, que inaugurará el Hotel Pacha esta noche a partir de las nueve. En ella, Bozzi propone dos caminos, dos vías para llegar a un mismo punto: la exploración de la forma y el movimiento desde la pintura.

Para ello, ha reunido algunos trabajos del año 2009 de carácter casi minimalista en los que esa forma y ese movimiento se definen a partir del movimiento dinámico del pincel sobre la tela. Junto a éstos, Bozzi exhibe su línea de investigación más reciente, en la que combina colores con base de flúor con representaciones, tal y como él mismo las define, de un «evidente rigor geométrico generadas por funciones matemáticas» a partir de programas informáticos de desarrollo en tres dimensiones y que ofrece al espectador diversas sensaciones según sea la intensidad y el tipo de luz que incide sobre la tela. El pintor comenzó a desarrollar esta última parte de su trabajo hace tres años, pero ha sido en Eivissa donde le ha dado forma pictórica.

«Estoy muy interesado en este nuevo trabajo, que es más geométrico. Describe más la forma que en obras anteriores, donde ésta se mostraba de un modo más expresivo. En estas últimas obras podría decir que se trata de una manera más sintética de estudiar la forma. Pero las dos vías son metodologías distintas para describir el mismo concepto de ‘forma’», señaló ayer Bozzi en El Hotel Pacha, donde ultimaba el montaje de la exposición.