Fernando Gilet, Levi Horta, Rosa Font Massot, Juan Miguel Tizón Garau, Tatúm, Mateo Isern, Miguel Ángel Carmona Estévez, Ben Clark, Bartomeu Vallori Márquez y María Agúndez Fernandez posan sobre el escenario del Teatre Principal de Palma. | Joan Torres

La Fiera «es un personaje poético, una criatura salvaje», que ha permitido al poeta Ben Clark (Eivissa, 1984) hablar de las complejidades del mundo. El poemario, después de tres años de trabajo, le ha valido el Premi Joan Alcover, al que se presentaba por primera vez.

En la obra este «humano-animal» recorre la ciudad como si fuera una jungla, intentando descubrir «cómo se convive con las estructuras complejas de la ciudad», sin «comprender muchas de las cosas que ocurren», pero «buscando los mecanismos para lograrlo».

La Fiera pone sobre la mesa temas «universales». El autor, de origen británico, habla del amor, del paso del tiempo, y «de la incomprensión». «Me interesaba mucho regresar al tono del libro Los hijos de los hijos de la ira», con el que logró en el año 2006 el XXI Premio Hiperión. Reconoce Clark, que también se ha dedicado a la traducción, que este último proyecto ha supuesto un trabajo «intenso y duro» y se muestra «muy contento» por este reconocimiento que ha premiado en anteriores ediciones a otros autores «que me interesan mucho. En castellano, a Javier Cánaves, y en catalán, por ejemplo, a Enric Casases», reconoce el joven poeta, quien cita a Joan Alcover como una de sus referencias poéticas.

Ben Clark ha regresado a Eivissa después de una etapa en Salamanca. Reconoce que tiene una trayectoria literaria en castellano, pero espera escribir próximos proyectos en catalán y en inglés.

Después de la gala anodina de los Premis Ciutat de Palma del pasado año, ideada así para rebajar la tensión lingüística que en 2013 ‘interrumpió’ la fiesta literaria, la de ayer se tomó literalmente la revancha. Bajo un aparente renovado show, un poco de música y danza por aquí y por allá, la política volvió en estado puro al escenario y hubo además un anuncio pomposo. Cort quiere que Palma sea Patrimonio de la Humanidad.

Una edición más los premiados pasaron a un segundo plano: Nombre, foto y breve saludo. Agradecida la conducción de Joan Monse y Raquel Rozalén, las actuaciones musicales y la propuesta de Las Muchas, de Mariantònia Oliver. Poca o prácticamente nula representación del sector cultural en la platea del Teatre Principal de Palma, al que el alcalde Mateo Isern pidió «su implicación, sus ideas y aportaciones a la urgente labor de regenerar la vida pública y reconciliar a los representantes políticos con la sociedad civil». El discurso extenso de Isern se refirió a «polémicas estériles», reivindicó «el carácter primordial de las inversiones que generan retornos no inmediatos» y criticó con dureza a quienes «defienden la cultura desde un fanatismo que resulta absolutamente incompatible con la esencia misma del arte y el conocimiento».