El artista junto a la obra ‘Reflexos de canvi’. | Photographer: Marco Torres Walke

La evolución de la obra del artista José Carlos Bonet Vallribera le ha llevado desde la pintura a la intervención en el espacio, y en esta evolución el neón se ha convertido en una especie de pincel luminoso con el que lanza trazos para atrapar al espectador. Una buena muestra de ello se encuentra en el escaparate del Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE), en el que Bonet Vallribera colocó el pasado diciembre la pieza Reflexos de canvi, una obra que el artista ha creado especialmente para esta ubicación y que permanecerá en ella hasta el próximo mayo.

Reflexos de canvi ofrece visiones muy diferenciadas si el espectador la contempla con luz diurna o nocturna, desde el exterior del museo o desde el interior. La pieza se compone de una serie de neones y vinilos que interaccionan entre sí y que juegan con el reflejo del cristal para formar «un espacio ilusorio, un poco laberíntico», según explica el propio artista.

«Me siento muy a gusto trabajando con el espacio», señala Bonet Vallribera, para quien el uso del metacrilato, en combinación con los neones, le da «soluciones y ventajas al crear reflejos y otros efectos que interactúan con el espacio». La pieza, que puede ser definida como minimalista, es un escalón más en la búsqueda de Bonet Vallribera de esa interactuación, buscando siempre «más opciones y nuevos caminos».

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