Josep Rosales, ayer, en Dalt Vila, junto a una de sus obras. | P.Tur

Hacía ya tres años que el pintor Josep Rosales no exponía individualmente en Eivissa. Dicho periodo finalizará esta tarde a partir de las siete y media en la sala de Es Polvorí, en Dalt Vila, donde el artista presenta la exposición Supermixtes, en la que recoge obra reciente perteneciente a algunas de las series en las que trabaja actualmente.

Han sido treinta y seis meses en los que Rosales confiesa que «no tenía ganas» de mostrar su obra en solitario, aunque sí ha participado en varias exposiciones colectivas, como las organizadas por el EivissArtGrup. «Ahora había llegado el momento», señala.

En Es Polvorí, espacio gestionado por la Fundació Baleària en colaboración con el Ayuntamiento de Vila, el pintor los aficionados al arte podrán ver piezas de series con recorrido como Oxidacions, Variacions o Grattage junto a otras nuevas, caso de Tenebrismes o Costellades. En la sala, Rosales ha colgado obra del pasado año y de este 2014, además de una Oxidació de 2006.

En estos tres años, Rosales explica que ha trabajado perfeccionando su uso de las técnicas pictóricas y «trabajando en series que aún no es momento de mostrar» y que confiesa que ni siquiera su mujer ha visto. «Están guardadas mientras veo qué dirección toman los cuadros», menciona el artista, cuyo método de trabajo le lleva a pasar de un serie a otra. «Para mí no supone un problema porque es como quiero hacerlo. Es un sistema que me ofrece puertas abiertas continuamente y en las ocasiones en las que tengo la mente poco clara pero ganas de pintar me pongo frente a la pared y me pongo a trabajar en una serie o en otra. Si tienes ganas siempre acaba por salir algo».

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