Victor Ortiz, Arnold Schwarzenegger, Glen Powell y Antonio Banderas, en un tanque en la presentación de 'Los mercenarios 3', en el Festival de Cannes. | Reuters

Cannes se convirtió este domingo en una locura con la llegada de dos tanques que fueron recibidos por cientos de personas que se arremolinaron inmediatamente al ver que desde su techo saludaban Harrison Ford, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Mel Gibson o Antonio Banderas.

Y no eran los únicos. Jason Statham, Dolph Lundgren, Wesley Snipes o Kelsey Grammer también formaban parte de una escenificación montada para presentar en Cannes apenas 12 minutos de Los mercenarios 3 (The Expendables 3), dirigida por el australiano Patrick Hughes y que llegará a las salas de todo el mundo a mediados de agosto.

Una reunión de amigos, como se pudo ver en la posterior rueda de prensa, que se tomaron a su paso por Cannes como un divertimento.

Stallone comenzó la rueda de prensa comiendo galletas y recomendándolas a los periodistas mientras las repartía entre sus compañeros de película, repartidos en dos filas, la de arriba para los más conocidos y veteranos y la de abajo para los actores menos conocidos y que son los jóvenes y nuevos mercenarios del filme.

La antigua rivalidad entre Stallone y Schwarzenegger -ambos reconocieron que querían superar a su rival en muertos por película- fue uno de los temas más repetidos en una rueda de prensa en la que las bromas fueron la tónica habitual.

Y en la que todos se mostraron encantados de participar en este proyecto y en los tres siguientes si los llega a haber, como aseguró el protagonista de Terminator.

En lo que se refiere a la película, Stallone aseguró que en esta tercera entrega de Los mercenarios se ha llegado al equilibrio perfecto.

La primera estaba centrada en el drama, en la segunda se les fue la mano con la comedia y esta tercera regresa más dramática pero sin exagerar. «Esta es la buena, como un tercer matrimonio», afirmó el actor entre las risas de la concurrencia.

Stallone fue el absoluto dominador de la rueda de prensa, incluso quitándoles la palabra a sus compañeros, sin parar de tomarles el pelo, especialmente a Schwarzenegger, que le respondió lanzándole halagos: «es un extraordinario pintor, es increíble, todo lo hace bien, la música, pintar, producir, dirigir, actuar. Tiene mucho talento».

Y, dado que estaban con un grupo de actores jóvenes a los que sacan entre 30 y 40 años, los veteranos bromearon sin pudor con sus edades y su capacidad para seguir haciendo cine de acción.

«Estamos exactamente donde debemos estar. Hacemos lo que podemos», dijo Schwarzenegger, que señaló que cada generación debe encontrarse a sí misma y a sus héroes de acción.

Mientras que Stallone señaló que cuando al despertarse tenga que arrastrar alguna parte de su cuerpo será el momento de dejarlo, aunque recordó a continuación que varios de los actores de la película tienen mujeres jóvenes y niños pequeños, lo que dijo mirando a Harrison Ford.

Por su parte un barbudo y poco locuaz Mel Gibson, al que todos calificaban como el 'malo' de esta película, aseguró que los villanos eran el resto y calificó de «genial» el trabajar «con estos tipos».

Mientras que Schwarzenegger precisó que para hacer buena acción hay que contar con una buena historia y por ello Los Mercenarios es «una gran película».

Además de un gran entretenimiento para todo el mundo y para que sea así Stallone explicó que han hecho que pueda ser calificada apta a partir de 13 años y que pueda verla el mayor número de espectadores posible.

Igualmente optimista sobre la calidad de la película se mostró Kelsey Grammer, que destacó que es uno de los filmes más grandes en los que ha trabajado, con una gran conexión entre todos para hacer un buen entretenimiento, además de asegurar que Stallone «es un hombre de un extraordinario talento y uno de los más divertidos» que ha conocido.

Un tono adulador y divertido que se mantuvo durante toda la rueda de prensa, incluso cuando a Stallone le preguntaron por sus altos salarios -«todos resultamos heridos durante el rodaje (...) te dejas la piel y te pagan por ello», afirmó.

Muy buena relación entre todos, incluso Harrison Ford, que se mostró muy callado en la rueda de prensa, que denota el buen ambiente generado durante el rodaje.

El problema llegó después, a la hora de editar lo rodado y tratar de que cada uno de los actores tenga una parte importante en la película. «La primera versión tenía más de cuatro horas, pero a mí me gustaba», aseguró Stallone.

Entre los jóvenes estaba el boxeador estadounidense de origen mexicano Víctor Ortíz, que aseguró estar encantado de participar en el proyecto, junto a algunos de los actores más grandes y sus favoritos desde que era un niño.

Y sobre una posible cuarta parte, Stallone no se mostró reacio, pero como siempre contestó con bromas sobre la longevidad de la saga y sin dilucidar qué ocurrirá.