Pep Ribas lanza una piedra con su honda ataviado como un hondero balear. | Toni Escobar

Pocos son los ibicencos de cuna, los que han nacido en la isla y que se han criado aquí, que no han oído hablar del Tir amb Bassetja o no lo han practicado alguna vez. Sin embargo, también hay otra inmensa cantidad de residentes que no saben que existe un deporte consistente en tirar una piedra con una honda o bassetja hecha de piel o esparto y dar el blanco de una diana.

Sin embargo, esta actividad que actualmente en Eivissa cuenta con cerca de medio centenar de personas que participan de forma regular en distintos torneos no siempre fue un deporte. Sus inicios se remontan a varios siglos antes de Cristo, en la época de las batallas entre cartagineses y romanos, cuando los honderos baleares eran una parte muy cotizada de los ejércitos de uno y otro bando. «Cuando no existían las armas de hierro, se usaban como arma defensiva elementos naturales como una honda elaborada de cáñamo, esparto o pita y las piedras que se cogían del terreno y nuestros antecesores, ataviados con una honda en la cabeza, otra recogida alrededor del cuerpo y otra en las manos, eran muy solicitados por su puntería y eficacia», asegura Pep Ribas, presidente de la Federació balear de Tir de Fona, la equivalente en Mallorca de nuestra bassetja.

Una fama que no es inventada sino que ha quedado registrada en textos fechados tres siglos antes de Cristo. Por ejemplo, Diodoro Sículo destaca la brillante actuación de los honderos baleares en la batalla de Eknomon (311 a.C.). «Dónde ponían el ojo ponían la piedra porque las mujeres baleáricas fomentaban en sus hijos el aprendizaje del manejo de la honda, no dándoles el pan, atado de un árbol, hasta que no le acertaban con el proyectil», explica en sus escritos el historiador griego.