Pablo Chiapella posa en una terraza del Club de Golf Ibiza. Foto: Toni Escobar

Pablo Chiapella (Albacete, 01-12-1976), más conocido prácticamente como Amador Rivas por el papel que desempeña en la serie televisiva "La que se avecina", se encuentra de vacaciones en Eivissa. Ya lleva seis años seguidos haciendo una parada estival en la isla, donde su pareja tiene una vivienda. Aquí aprovecha para ser «un huevón», uno de los adjetivos más usados en la comedia española para la que trabaja, pero también saca tiempo para las fiestas porque le gusta tanto «patear el monte» como «pegarse la farra». El actor, que colaboró con el solidario Torneo de Golf Ibiza anteayer, avanzó que es muy posible que se le pueda ver este invierno por Eivissa con su espectáculo personal Sí, soy el señor, una función que ha tenido una gran acogida y que llegará «más pronto que tarde» a la isla.

—¿Desde cuándo viene por Eivissa?

—La primera vez fue hace aproximadamente diez años, pero estoy con una chica que tiene casa aquí hace seis años que vengo todos los veranos un ratito siempre que puedo.

—¿Qué es lo que más le gusta de la isla?

—Lo que más me gusta es esto –afirma mientras mira el ‘verde’ del Club de Golf–. Estas vistas, el monte, el mar, la playa... También me gustan las dos caras de Eivissa: la posibilidad de disfrutar de la naturaleza y la opción de pegarte la gran farra.

—¿Y usted cuál de esos dos caras prefiere?

Fifty, fifty. Me encanta salir con los colegas de juerga, pero también me encanta perderme en el monte, irme a navegar, nadar... Me gusta mucho patear monte. Soy muy de andar por ahí y me encanta la naturaleza, pero las dos cosas me entusiasman.

—Quizá no es muy playero porque en su Albacete no hay playa.

—No, pero tenemos el Nacimiento del Río Mundo, que es una zona por descubrir, puro monte salvaje, verde, frondoso... Es un sitio brutal donde alejarse un poquito del día a día.

—Aquí en la isla, ¿usted es más huevón o león?

—Yo aquí soy más huevón que león (risas). Realmente soy un león cuando toca, pero un león contenido.

—¿Contenido por usted o por su pareja?

—Por mí (risas). Yo contengo a mi propio león.

—Lleva mucho tiempo viniendo por aquí y su pareja tiene una vivienda en Eivissa. ¿Piensa convertirla en su segunda casa?

—Bueno, en un principio no, porque tengo la mía en Madrid y no entra en mis planes, puesto que, al tener mi chica una casa aquí, cuando queremos venir no tengo problema de estancia. No es una alternativa porque la tengo. La casa no es mía, pero como si la fuera.

—Ha colaborado con el Torneo de Golf Ibiza, benéfico para dos asociaciones distintas. ¿Está muy acostumbrado a este tipo de actos humanitarios?

—Cada vez más, porque estar en la onda es lo que tiene. La gente te pide ayuda y cuando las cosas son de este calibre, para ayudar a terceros, lo hago siempre que puedo.

—Muchos esperan ansiosos el estreno de la octava temporada de La que se avecina. ¿Puede avanzar algo de ella?

—Estamos grabando la octava temporada, que yo creo que va a sorprender por el hecho de estar la serie de tan buena salud. Yo sigo riéndome con los guiones y divirtiéndome con el personaje, que, después de ocho años, no es fácil que eso ocurra. A nivel de guión no puedo decir nada, porque no nos dejan. Sólo te digo que Amador sigue cayendo en un pozo sin fondo. Ojalá me pegue ya el gran lechón contra el suelo, deje de caer y me vuelva a levantar, pero sigo cayendo.

—No cree que es hora ya de que Amador se haga rico y cambie de vida?

—Eso se lo digo yo todos los días a los guionistas. Si este Amador es divertido sin un duro, un gañán de ese calibre con pasta puede ser igual o más divertido incluso. También te digo que le iba a durar ‘ná’. Éste es de coger la pasta y, venga, a pulirla rápido. No tiene prácticamente cerebro.

—Anabel Alonso afirmó recientemente que «al 95 por ciento de los actores le cuesta llegar a fin de mes». ¿Piensa que su profesión está tan mal?

—Desconozco el porcentaje real, pero no creo que ande lejos. Es lamentable, pero es así. La crisis y el IVA excesivo ha destruido a las compañías estables de teatro, que era el reducto de muchas familias de técnicos y actores que subsistían en este sector.

—Afortunadamente para sus intereses, usted está triunfando y empieza a despuntar también en otros ámbitos ajenos a la serie.

—Profesionalmente comencé un espectáculo llamado Sí, soy el señor, con el que estoy circulando por toda España. También se acaba de estrenar una película en la que colaboro, Perdona si te llamo amor, que está yendo bien en taquilla. Ahora, toca seguir con la serie, que hemos tenido un parón de 15 días en la grabación.

—¿Cómo le está yendo la gira?

—Hasta junio, que dejé de girar porque el verano no es momento para monólogos, ha ido fenomenal. He hecho 13 o 14 bolos y la gente ha respondido fenomenal. Todos los teatros se han llenado. En septiembre empiezo otra vez y hasta marzo tengo prácticamente todos los fines de semana cerrados. Las ventas también están yendo muy bien, por lo que estoy muy contento. Está yendo como un tiro.

—¿Hay alguna posibilidad de ver este espectáculo en Eivissa?

—Hay muchas posibilidades de verlo en Ibiza. No sé exactamente cuándo, pero es muy probable que vengamos por aquí, porque comparto manager con otros monologuistas que ya han venido y estoy en lista para entrar más pronto que tarde.