El cantante Pablo Alborán, en una imagen de promoción.

Un póquer de ases de la música y el auge ininterrumpido de servicios de escucha online llevaron en 2014 a la industria discográfica española a un cambio de ciclo que puso fin a 12 años consecutivos de caídas y trajo el primer repunte del siglo XXI, con un incremento en ventas del 21,2 por ciento frente a 2013.

Según cifras de Promusicae, la patronal mayoritaria de los productores, en total fueron 149,9 millones de euros los cosechados por el sector en el último año, cifra doblemente celebrada pues llega tras el mínimo histórico alcanzado en el ejercicio previo, que fue de 123 millones. Destacado a la cabeza de ese incremento se encuentra Pablo Alborán, cuyo fenómeno no parece tener fin y vuelve a convertirse, por cuarto año consecutivo, en el artista de mayor éxito en nuestro país.

En total, el streaming ha reportado a las discográficas unos ingresos de 47,2 millones, sustentado en gran medida en un crecimiento en torno al 30 por ciento en el número de suscriptores.

Frente a estos datos, se confirma la pérdida lenta de importancia de las descargas de canciones o álbumes en

Promusicae destaca además el freno en la caída de los formatos físicos. El CD, que venía perdiendo adeptos año tras año, despachó 11,6 millones de unidades, un 22 % más que en el ejercicio previo.

Más sorprendente aún es el crecimiento de más del 85 por ciento en la venta de vinilos, en consonancia con el auge experimentado en otros países, que Promusicae achaca a su éxito entre «melómanos y coleccionistas».