VÍDEO: De Revertes, Dueñas, Valeros y joyas de 1889. | David Setbetes/ Alex Medina

Cientos de personas de todas las edades, 32 paradas, cuatro más que el año pasado, una veintena de escritores firmando sus libros y en el lugar más inexplicable una joya. Y es que ayer por la mañana, en el paseo de Vara de Rey de Vila, de repente, cuando los ojos ya no daban a basto entre tanta oferta, entre tanto Arturo Pérez-Reverte, María Dueñas, Albert Espinosa, Miguel de Cervantes, Esperanza Marí, Vicente Valero, Ben Clark, Gonzalo Suárez, David Trueba, Gerónimo Stilton o escritores del fenómeno ‘youtuber’, en el puesto de la Fundació Deixalles, donde los libros se vendían todos a 2 euros, el visitante va y se encuentra con una auténtica joya literaria.

La pieza, casi de museo, es una segunda edición del primer tomo del ensayo Teoría de la Táctica, escrito en 1889 por Casto Barbasán Lagueruela, entonces Teniente de Infantería, Caballero de la Orden del Mérito Militar y de la Real y Militar Orden Portuguesa de Nuestro Señor Jesucristo, profesor de la Academia General Militar de Zaragoza y director de la revista militar Estudios Militares. Sin embargo, y desgraciadamente este ejemplar, editado en Toledo, en la imprenta de J.Peláez, encuadernado en media piel y papel tostado, posiblemente fuera el único de los millones de libros que había ayer en la Feria del Libro de Sant Jordi de Vila que no estaba en venta. «Son libros, la mayoría sin catalogar, que proceden de las muchas donaciones que nos hacen en la Fundació Deixalles, y este no tiene precio porque no sabemos lo que puede llegar a valer y no queremos malvenderlo», aseguró ayer Mercé León, encargada de la tienda de la fundación, mientras explicaba que ya le había dicho que no a varias personas que habían ofrecido hasta cincuenta euros por el ejemplar.

Afortunadamente si estaban en venta la enorme cantidad de libros de todo tipo y para todas las edades que ofrecieron durante todo el día las librerías Vara de Rey, Hipérbole, Erase una vez, Barco de papel, Distribuidora Ibicenca, las editoriales Mediterrània, Can Sifre, Balàfia, las entidades GEN-Gob, Institut d’Estudis Eivissencs, Museu Arqueològic, Col·legi Arquitectes, ERC, Juntos por Ibiza, Forum per la memòria, las organizaciones sin ánimo de lucro o asociaciones como Mans Unides, Caritas, Redmadre, Ministerio Evangélico, AFFAC, APFEM, ACTEF, Deixalles, Asociación de Voluntarios Magna Pityusa, Associació cultural El Retorn o los tres autores Vicent Serra, Jean Paul Tamba y Gonzalo Sanclemente.

La mayoría terminó la jornada con satisfacción, algunos porque ayudaron a fomentar la lectura recibiendo de paso un importante empujón económico, y otros porque Sant Jordi les sirvió para recaudar dinero para sus proyectos solidarios, como Mans Unidas que destinará lo conseguido a la construcción de un hospital de Haití o Voluntarios Magna Pitiusa para sus colaboraciones con personas con discapacidad.

Sin embargo, encontrar el regalo perfecto a cambio de la tradicional rosa de Sant Jordi, que por cierto se vendían a 3,50 euros las normales y 5 las azules, no resultó una tarea fácil. Sólo bastaba una pequeña conversación con los encargados de los puestos para saber que este año, tal y como adelantó este periódico el miércoles, no había un número 1 claro. «Te podría decir que se están llevando muchos ejemplares de la novela Hombres buenos de Arturo Pérez-Reverte y de La templanza de María Dueñas, pero también están haciendo lo propio con Blitz de David Trueba, Doble dos de Gonzalo Suárez, El fango de Baltasar Garzón o incluso, la biografía de Miguel de Cervantes, ahora que su persona está más de moda que nunca, pero no hay ninguno que resalte por encima del resto», explicó Pedro González, librero de Hipérbole, mientras recomendaba vivamente a todos aquellos que le preguntaban Bajo el signo de Marte, un libro autobiográfico escrito por Fritz Angst bajo el pseudónimo de Fritz Zorn. «Brutal», repetía una y otra vez.

La misma situación de indefinición se podía encontrar hablando con Miquel Costa, responsable de la Editorial Mediterrània, una de las grandes referencias en la edición de novelas, ensayos o poemarios relacionados con las Pitiüses. «Está marchando muy bien el día, estamos vendiendo de todo, desde libros de historia hasta libros de cocina, pasando por poemas o novelas, aunque si tuviera que destacar uno por encima del resto sería el de Esperança Marí, Vuit anys al Parlament Balear», explicó con una gran sonrisa.

Más de lo mismo sucedió entre aquellos que compraban y vendían libros dedicados a un público más infantil. En este caso, Vanesa Rosendo de la librería Érase una vez, destacó la amplia oferta para este sector. «Es sumamente complicado decirte un nombre sólo, porque en este ámbito, en el de los más pequeños, hay cientos de ejemplares para, por ejemplo, potenciar los sentidos como el tacto o el oído, o aprender historia, naturaleza, biología o deporte con grandes dibujos casi interactivos».

Clásicos y modernos

Y eso por no hablar de los clásicos. Para los que apuestan por aquellos títulos que nunca pasan de moda la misión de encontrar el libro perfecto se volvía aún más complicada. Españoles como Clarín, Pío Baroja, Miguel Delibes, Fernando Fernán Gómez, Benito Pérez Galdós o Antonio Gala se unían y mezclaban sin remedio y sin solución en las mesas con best sellers de antaño como Robin Cook, Stephen King, Donna Leon, Patricia Cornwell o Dan Brown.

Tal vez, donde se podía destacar a unos ‘ganadores’ más o menos destacados sobre el resto era en la literatura para adolescentes, fundamentalmente por sagas como El Corredor del laberinto, Los juegos del hambre y la trilogía After, de Anna Todd y con más de mil millones de lecturas online, y sobre todo gracias a lo que se ha dado en llamar fenómeno ‘youtuber’, es decir, aquellos que han surgido a través del famoso canal de vídeos de Internet. «Ha sido increíble, casi sin darnos cuenta se nos han agotado todo lo de Wigetta, El Rubius y su obra El libro troll o Auronplay y De lo mejor lo peor», explicó la propia Vanesa Rosendo.

En resumen, que ayer, Día de Sant Jordi, lo realmente difícil era no encontrar un libro para regalar a cambio de una rosa.