El Museu Monogràfic de Puig des Molins inauguró ayer unas jornadas conmemorativas del milenario de la integración de Eivissa y Formentera la Taifa de Dènia. Llevan por título Yãbisa i Faramantira en l’imàrat dàniyya, y están compuestas por cinco conferencias, incluyendo la de ayer, que comenzarán a las 20.00 horas.
La charla que abrió el ciclo llevó por nombre Revisant el passat mil anys després, y corrió a cargo del doctor en Estudios Árabes e Islámicos, Guillem Rosselló Bordoy.
Mientras, hoy será el turno del director del Museo Arqueológico de Dénia, Josep A. Gisbert Santonja, con la conferencia La mar de Dénia y de Eivissa en los siglos XI y XII. Singladuras de comercio, de devociones y de sabiduría. Mañana y también a las 20.00 horas será el turno del conocido historiador Antoni Ferrer Abárzuza, profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona, quien dará una clase magistral sobre la situación de Eivissa y Formentera en la Taifa de Dènia durante el siglo XI. El jueves, el también profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona, Fèlix Retamero Serralvo dará luz sobre los hallazgos monetarios del siglo XI y el caso de las monedas de la Taifa de Dènia en Eivissa y finalmente, Josep V. Lerma Alegría, arqueólogo del SIAM de Valencia, cerrará el ciclo con la conferencia Cerámicas de los territorios de Madïnat Daniya y del Mediterráneo en Eivissa durante los siglos XI y XII.
La Taifa de Dènia
La Taifa de Dènia fue un reino andalusí cuya capital fue la ciudad alicantina del mismo nombre. Surgió en el año 1010, tras la fragmentación del Califato de Córdoba gracias a Muyahid al-Amiri al-Muwaffaq, alto funcionario del califato y erudito en filología árabe, y perdió su indepencia en 1076 a manos de la Taifa de Zaragoza.
A pesar de su pequeño tamaño, en 1011 fue la primera taifa en acuñar moneda, gracias a que abarcaba algunas comarcas muy fértiles y ciudades como Bairén, Orba, Altea, Callosa, Sagra, Cocentaina y Bocairent. En 1015, debido a una poderosa flota naval se hizo con las Balears y conquistó la isla de Cerdeña con, según las crónicas de la época, ciento veinte naves y mil soldados. Sin embargo, apenas mantuvo su soberanía un año, ya que en verano de 1016 el papa Benedicto VIII convocó a las flotas de Pisa y Génova, quienes reconquistaron la isla haciendo prisioneros a la mujer y al príncipe heredero, Ali Iqbal al-Dawla, quien no pudo ser rescatado hasta 1032. Aún así, durante los años siguientes su escuadra con base en Dènia y con apoyo en los fondeaderos de Balears, realizó incursiones en las costas de Génova, Pisa, la Toscana y Lombardía. Además, Muyahid acogió a importantes intelectuales, sobre todo escritores y ulemas, que huían de los conflictos cordobeses.
Le sucedió su hijo primogénito Ali Iqbal al-Dawla, nacido de madre cristiana y que supo mantener el legado de su padre durante treinta y un años, iniciando un periodo de paz y de bonanza económica, fundamentada en la importante flota comercial que había reunido. Además, fue recordado por su tolerancia, sobre todo para los mozárabes. Finalmente, este reino fue conquistado por el rey Al-Muqtadir en 1076, pasando a formar parte de la Taifa de Zaragoza, mientras que sus territorios insulares formaron la taifa de Mallorca.