La muestra incluye obras inéditas, como la de los dos hombres riéndose.

La galería Elvira González de Madrid inauguró ayer una exposición de esculturas de Juan Muñoz, un artista considerado como un referente en la renovación de la escultura contemporánea y con un vínculo muy directo con la isla, puesto que en 2001 fallecía súbitamente a la edad de 48 años mientras estaba en su casa de Santa Eulària.

Tal y como recoge la propia galería en su página web la muestra incluye una selección de esculturas, pinturas y grabados que revelan el universo del artista nacido en Madrid en 1953, con piezas de principios de los años noventa del pasado siglo hasta sus conjuntos escultóricos de principios del 2000.

Concretamente, la selección de esculturas que integran esta exposición y que se podrán ver hasta el próximo 30 de marzo, «refleja el periodo de madurez de Muñoz, con figuras en resina de poliéster y en bronce». Incluso, algunas son inéditas para el público español siendo la primera vez que se exponen en España como Two figures, one laughing at one hanging, realizada en el año 2000, y otra obra sin título, del 2001, compuesta también por dos figuras, mirándose a un espejo.

«En el mejor momento»

Juan Muñoz falleció un 28 de agosto de 2001 cuando iba a comenzar a cenar en su casa de veraneo de Santa Eulària. Lo hizo subitamente, supuestamente a causa de un infarto, a la edad de 48 años, y tal y como reflejaron los medios de comunicación de toda España al hacerse eco de la noticia, lo hizo en su mejor momento artístico.

Casado con la también escultora Cristina Iglesias, Muñoz había sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas de ese 2001, y en el extranjero sus figuras habían comenzado a llenar desde el 12 de junio la colosal Sala de Turbinas de la prestigiosa galería Tate Modern de Londres (siendo el primer español que ocupó este espacio), y en octubre se esperaba un desembarco de su obra a modo de antología en las ciudades norteamericanas de Washington, Los Ángeles, Chicago y Houston.

Además de escultor, el madrileño también tuvo tiempo para dedicarse a otras manifestaciones artísticas como el dibujo, la música, la radio o la literatura, colaborando con el escritor John Berger en una obra radiofónica y con músicos como Gavin Bryars, Bill Hawkes y Alberto Iglesias. Una rica producción artística en disciplinas muy diversas, que se vio interrumpida cuando el artista fallece con toda la vida por delante en Santa Eulària.