El puesto de Ca’n Turà en el Mercat Pagès de Sant Antoni. Foto: D.M.

Estamos acostumbrados a escuchar en boca de los pequeños comerciantes pitiusos el daño que les causan el creciente número de grandes superficies que se instalan en nuestras islas, en una especie de canción que a todos nos suena.

Sorprende que alguno de ellos no solamente no manifieste temor ante el poder de las grandes cadenas de distribución alimentaria, sino que además no les desee ningún mal.

«Cada día sale el sol para todos», resume de manera optimista Maria Ramon, que regenta el puesto de Ca’n Turà en el Mercat Pagès de Sant Antoni. En él comercializa todo tipo de frutas y verduras, la mayor parte de las cuales proceden de su propia finca. «Lo que vendemos nosotros y los hipers no es lo mismo, por lo que no me preocupa que cada vez haya más, yo no he notado ningún bajón, mis clientes siguen viniendo porque notan la diferencia», sostiene esta brava minorista.

Presume –con motivo– del género que se cultiva en tres terrenos del municipio portmanyí. Destaca una amplia gama de verduras como las acelgas, las espinacas, las coliflores, las habas (1,50 euros/kilo), el brócoli o las lechugas (1 euro/unidad). Añade además a esta lista otras hortalizas como las alcachofas (1,50 euros/kilo), el pepino (1,20 euros/kilo), las naranjas navel (1,20 euros/kilo) o las calabazas (80 céntimos/kilo por la pieza entera).

Como producto estrella de las últimas semanas, señala las fresas de origen local, que cuestan 4,95 euros/kilo. «Son nuestras y se nos acaban muy rápido, los clientes las piden mucho», afirma Maria Ramon, que destaca que dispone de ellas desde hace un mes y que se distinguen por tener un sabor dulce que los fresones exportación todavía no tienen en este inicio de la temporada de esta fruta. «Un día se nos acabaron las nuestras y pusimos un par de cajas de fresa de fuera a menos de la mitad de precio y al final las tuvimos que regalar. No son como las vuestras, nos decían», recuerda la comerciante.

Otro manjar de cultivo propio son los plátanos. «Los cultivamos desde hace unos 20 años. A veces no nos salen muy grandes, pero cuanto más pequeños, más dulces están», afirma. Tras ello nos desliza un par de distinto tamaño, resultando una delicia el de menores dimensiones.

Por otra parte, también destaca la política de precios de este puesto portmanyí. La mayor parte de frutas y verduras ven reducidos su precio al adquirir un segundo kilogramo. Así, del 1,50 euros que nos costaría un kilo de alcachofas, pasaríamos a abonar 2 euros si nos llevamos dos kilos. «Siempre lo hemos hecho así y nos ha funcionado muy bien», apunta.