Francisco Jesús Cogollos Martínez, conocido popular y artísticamente como Fran Cogollos es de esos que necesitaría que el día tuviera 30 horas para abarcar todo lo que tiene entre manos. Y es que nuestro aspirante a Sardina Negra de esta semana es mucho más que el violinista de Projecte Mut y el director de la Banda Municipal de Sant Antoni.

Nacido en el pueblo valenciano de Carcaixent en 1977, a los 6 años inició sus estudios de percusión y violín en el Centro Comarcal de Música de Piles, el pueblo natal de su padre y su tío, también músicos. Después ingresa en el Conservatorio Profesional Mestre Vert de Carcaixent donde logra el título de Grado Elemental de violín, crea su primer grupo llamado Ni idea, se diploma como Maestro de Primaria, Educación Musical y Catalán en la Universidad de Valencia, y realiza cursos de perfeccionamiento de violín y percusión y dirección con maestros de gran prestigio. En 1999 llega a la isla tras conseguir la primera plaza de Baleares en las oposiciones al cuerpo de Maestros de Educación Musical y empieza una relación de amor con Ibiza que dura 17 años con grandes éxitos profesionales y personales, entre ellos un matrimonio y dos hijos. Aquí, además de ser miembro de Projecte Mut, Ressonadors y de la banda de Sant Antoni, es el Regidor de la Mostra Coral de Nadales del Ayuntamiento de Ibiza, es profesor de música en el colegio Portal Nou, es miembro de la Banda del Patronato Municipal de Música de Ibiza y de la Banda Municipal de Santa Eulària y timbalero solista de la Orquesta Sinfónica Ciudad de Ibiza. Que les decía. ¿No necesita nuestro aspirante más de 30 horas al día?

—Buenos días. ¿Cómo acabó en Ibiza?

—Pues en 1999 cuando aprobé las oposiciones de Maestro de Educación Musical. Y fíjate, quería quedarme poco tiempo en Ibiza pero la isla, como a tantos, me enganchó y 17 años después aquí sigo, y sin ganas de irme.

—He repasado su curriculum y me he quedado alucinado. Comenzó en el violín y la percusión con seis años, la edad en que Mozart inició su primera gira. ¿De quien fue la idea de iniciarse en la música?

—(risas) Bueno no tanto como Mozart (risas). La idea fue de mi padre y de mi tío que también eran músicos y fundaron una banda en su pueblo, Piles. Cuando vieron que tenía aptitudes musicales me apuntaron como una actividad extraescolar que al final me enganchó.

—Se llama Francisco... ¿era de los que cuando su madre se enfadaba le gritaba ¡¡Francisco!!?

—(risas) Bueno más bien Francisquet porque mi nombre es Francisco Jesús. Luego fui Franki cuando estaba en el instituto y después, tras firmar mis primeras obras, me decidí por Frank.

—Viendo todo lo que estudió... ¿cuando era joven le quedaba tiempo para ir al cine con los amigos?

—(risas) Pues no. El tiempo es algo muy preciado en mi vida porque siempre me ha dado la sensación de que nunca tenía el suficiente para abarcar tantas cosas. Me acuerdo que cuando mis amigos estaban en los recreativos o jugando al fútbol yo siempre llegaba tarde (risas).

—¿Y ahora? Con todos sus proyectos no parece que la situación haya cambiado mucho...

—Pues no. Ahora intento sobrevivir levantándome muy temprano y marchándome a dormir tarde. Y sobre todo teniendo una mujer maravillosa que me aguanta.

—Como yo. Y además con dos niños... creo que es usted un superhéroe.

—(risas) No. Lo de los niños es sólo algo que hace más divertida la vida. Pero si que es completamente cierto que cuando los tienes ya no puedes hacer las mismas cosas.

—¿Alguno va para músico?

—De momento son muy pequeños pero ya les gusta la música y van a clase. Pero que quede claro que no es algo que yo les haya impuesto.

—¿Y presumen de padre músico, director de orquesta, compositor y violinista de Projecte Mut?

—(risas) No creo, pero al mayor cuando le preguntan ya sabe contestar los instrumentos que toca su padre: el violín y la batuta. El otro, de momento está en otras cosas y cuando se juntan los dos acaban luchando con las batutas como si fueran mosqueteros.

—Usted da clase en el colegio Portal Nou. ¿Sus alumnos saben que tienen un maestro famoso?

—(risas) No lo soy. Sólo soy un profesor de música como otro cualquiera. Eso sí, algunos ya me van poniendo cara y hasta tengo algún fan (risas).

—¿A los niños de hoy en día les gusta la música clásica?

—Por supuesto. Aunque cada vez se escucha menos entre los jóvenes si la planteas bien en clase, explicas la historia, anécdotas o los personajes de cada obra, al final consigues su atención.

—Ahora es un rostro muy conocido por ser el violinista de Projecte Mut. ¿Cómo acaba un profesor de música en el grupo?

—Porque un día Joan Barbé, que curiosamente había sido alumno mío de percusión en el Patronato de Ibiza cuando yo tenía 21 años y el unos 14 , me dijo que había creado un nuevo grupo de música en ibicenco. Me animó a que probara con ellos porque les faltaba un percusionista, alguien que tocara cajón rumbero y cosas así, pero cuando escuché la primera maqueta vi que faltaba algo. Así que les propuse que metiéramos violín y como no tenían a nadie y yo lo había tocado en mis inicios me lancé a la piscina. Y bueno, creo que la idea no fue tan mala (risas).

—La verdad que si porque parece difícil concebir un tema de Projecte Mut sin su violín.

—Bueno creo que es un instrumento que le va como anillo al dedo a la música folk rock que hacemos.

—¿Cuál es el secreto del violín que en cuanto suena cualquiera se anima a mover los pies?

—Tal vez que es mágico y diabólico a la vez. De hecho hay una película, El violín rojo, que cuenta una inquietante historia desde su creación hasta nuestros días. Además, es uno de los más tocados junto a la guitarra y el piano y eso también lo hace muy popular.

—Usted tiene uno eléctrico. Cómo adelantan los tiempos...

—(risas) Si, lo tengo porque es muy efectivo para los conciertos. Suena mucho mejor y es más fácil de usar.

—¿Y es cierto ese rumor que dice que próximamente va a tocar más instrumentos con la banda?

—(risas) Sí. Como yo me apunto a un bombardeo ahora probaré con el acordeón. Así que ahí me ves, sacando cualquier momento del día para estudiar de forma autodidacta y llegar medianamente preparado para los conciertos.

—¿Entonces que instrumento le queda por tocar?

—(risas) Muchos. Soy aprendiz de todo y maestro de nada. De hecho me gustaría saber tocar mejor la guitarra y el piano.

—Hablando de Projecte Mut. Están cumpliendo diez años. No parece algo fácil viendo como está la música.

—La verdad que no. Pero es el resultado de la fusión entre buena materia prima y mucho trabajo. Materia prima en forma de buenos temas y mucho trabajo por parte de Joan Barbé y David Serra que han demostrado que son muy buenos en lo suyo. Es como la buena paella ibicenca, que si le pones buenos ingredientes, casi obligatoriamente te tiene que salir buena.

—También da la sensación de que uno de los grandes secretos es el buen rollo entre los miembros del grupo.

—Eso es verdad. Todos somos amigos y eso se nota a la hora de actuar y componer. Incluso, nosotros usamos las chispas que puedan saltar para mejorar.

—Viendo las últimas fotografías ¿David y Joan les obligan a ir todos con sombrero?

—Noooo (risas) Yo me lo pongo porque tengo una placa solar que hace muchas luces (risas). Eso sí, en la sesión de fotos nos lo hemos pasado genial. Fue un cachondeo posando casi sin control (risas)

—Ha compuesto muchas obras, entre ellas un cuarteto para balones de baloncesto...

—(risas) Sí, y un quinteto de escobas que se estrenó en Ibiza. En el caso de los balones también se estrenó aquí, durante la inauguración de una exposición en la Sala Capitular, con todos un poco asustados para que no se nos fuera ningún balón y rompiéramos algo. Al final no salió mal del todo.

—¿Qué obra pop le hubiera gustado componer?

—Bohemian Rapsody de Queen porque es perfecta para los que estamos entre clásico y rock.

—¿Y no le ha picado el gusanillo de hacer música electrónica?

—Ya probé pero hay muchos djs y no quiero hacerles competencia, Además prefiero la música clásica aunque trabaje mucho y cobre poco. Pero bueno no descarto volver y llamarme dj Cogollos. Es un nombre que daría mucho juego (risas).

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

Frank Cogollos nació en Carcaixent (Valencia) en 1977. Casado y padre de dos hijos.

Inicia sus estudios de percusión y violín a los 6 años en Piles y luego obtiene el título de Grado Elemental de violín y de Profesor de percusión en Carcaixent. En la Universidad de Valencia se diploma en Maestro de Primaria, Educación Musical y Catalán y en 1999 consigue plaza en Ibiza y actualmente es profesor en el colegio Portal Nou. Además, ha sido docente de percusión y profesor de Lenguaje Musical y Escuela de Adultos Musical.

También es violinista y percusionista con Projecte Mut, Ressonadors, o Chris Martos. Además es miembro de la Banda del Patronato Municipal de Música de Ibiza y Banda Municipal de Santa Eulària, timbalero solista de la Sinfónica Ciudad de Ibiza, director fundador de la Municipal de Sant Antoni desde 2007 y desde 2003 Regidor de la Mostra Coral de Nadales del Ayuntamiento de Ibiza.

En 2011 gana el I Concurso Nacional de Composición de Ibi (Alicante) con Espurnes d’il·lusió y en 2013 la Banda Municipal de Santa Eulària estrena su pasodoble Jaime, dedicado al músico Jaime Manuel Marí. En 2014 presentó su primer cd como director, titulado Mar de sons, grabado con la Banda de Sant Antoni y que ha sonado en diversas

PROGRAMA: Hoy en la TEF a las 21.55 horas