Una jornada invernal marcada por el frío, el viento y alguna que otra nube fue la que enmarcó ayer al día grande de Santa Gertrudis. Un año más, el municipio rindió homenaje a su patrona con la tradicional misa solemne seguida de la procesión, el ball pagès y finalmente hubo tiempo para las orelletes y el vino.

La jornada comenzaba a las 12.00 horas, momento en el que tanto vecinos como autoridades de la isla y miembros del Grup de Balls Tradicionals Santa Gertrudis se daban cita a las puertas de la iglesia del pueblo para asistir a la misa solemne, presidida por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura.

Durante su sermón, Juan Segura quiso recordar la figura de Santa Gertrudis en su día y compartir que fue ella quien «descubrió la importancia de la oración en la vida de una persona, de la oración constante». Además, se refirió a la madre Teresa de Calcuta como una «persona misericordiosa que dedicaba sus jornadas a ayudar a los otros gracias a que comenzaba sus días rezando, de ahí su necesidad de ayudar», dijo el obispo.

Una vez finalizada la misa, y con permiso del viento, comenzó la procesión que, presidida por Santa Gertrudis, finalmente paseó por el pueblo a un total de seis imágenes. Después, llegó el ball pagès a cargo del Grup de Balls Tradicionals Santa Gertrudis que en un día como ayer y al coincidir la festividad entre semana, se vio algo mermado de componentes que trabajaban fuera del pueblo, tal y como explicó su presidenta, Maria Roig Riera. «Solo hemos podido venir seis adultos dadas las circunstancias», compartió.

Y no fue Roig la única persona que en voz baja comentaba ayer que si en lugar de miércoles, hubiera sido en fin de semana, mucha más gente se hubiera acercado al pueblo en su día grande. Sin embargo, ya durante el ball pagès, las orelletes y el vino, se reunieron un buen número de vecinos y visitantes en la plaza del pueblo que lució muy animada.

Ya para finalizar la jornada y durante el ball pagès sorprendió, como lo ha hecho en alguna otra ocasión, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, al salir a bailar, esta vez coincidiendo con el que fuera párroco del pueblo y ahora de Santa Eulària, Vicent Ribas. Marí aprovechó la jornada para desear que el mes de febrero sea mucho más provechoso para Santa Eulària en materia de turistas del Imserso. «Yo espero que finalmente abran 5 o 6 hoteles y que este año el programa funcione correctamente porque el año pasado no lo hizo y fue algo caótico», dijo.