Imagen del exvoto de la diosa Tanit que se presentará mañana a las 11.30 horas.

La arqueóloga Carmen Mezquida presentará mañana a las 11.30 horas en el Museu Monogràfic de Puig des Molins la pieza arqueológica del mes. En este caso se trata de un exvoto de terracota de la diosa Tanit, encontrada durante las excavaciones que se llevaron a cabo en 1907 en el santuario púnico de Es Culleram, en Sant Joan, y en las que se encontraron en torno a 600 figuritas y más de 2.000 fragmentos.

Según explicó la propia Mezquida a este periódico, la pieza, que se encuentra en perfecto estado de conservación, tiene una altura de 17,5 centímetros, una anchura de 7,5 centímetros, una base de 7,8 centímetros y un peso de unos 275 gramos. Concretamente responde al tipo 18 de la catalogación efectuada por María Eugenia Aubet, catedrática de Prehistoria de la Universidad Pompeu Fabra, directora del Laboratorio de Arqueología y una de las mayores especialistas en arqueología fenicio-púnica.

Siglo II o III a.C.

Está fechada en torno al siglo III o II a.C., es decir, «durante la última fase en la que el santuario se mantuvo activo justo antes de que un derribo provocara su abandono». Además, ha sido cocida con un molde y creada a base de presión, por lo que está grabada por delante y es lisa por detrás. Ésto, unido al lugar donde fue encontrado, el santuario de Es Culleram lejos de la ciudad, demuestra, según la arqueóloga ibicenca, «que se trata de una figura creada en serie por artesanos para venderlas luego como ofrenda a la gente que acudía al santuario a pedir alguna cosa».

Así mismo destaca por presentar antioxidante, estar creada en el tono ocre claro «típico de la cerámica púnica de la isla», y por conservar distintos restos de policromía, concretamente pintura roja en el pelo, blanca en la corona y el manto y negro en los ojos. Igualmente, este exvoto de la diosa Tanit presenta «abundantes restos de quemado», lo que demostraría, según Mezquida, que se trataría «de una pieza de corta duración que tras concluirse la liturgia o haber cumplido su objetivo se lanzaría junto a los restos de animales sacrificados al bothros o pozo del santo santorum del santuario de Es Culleram».