Ángela Cervantes es posiblemente nuestra cantante más internacional. Entre otras cosas porque su magnífica voz la escuchan desde 2013 las miles de personas de todo el mundo que semanalmente llenan el espectáculo musical Brit Floyd. Sin embargo, nuestra aspirante a Sardina Negra de esta semana para PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA y Televisió d’Eivissa i Formentera demostró ser cercana, divertida y dicharachera en una entrevista que se celebró en la playa de Talamanca de Ibiza. Un lugar en el que vivió durante 17 años, cuando todavía era Ángela Riera y soñaba con ser bióloga marina y recorrer los océanos a lomos de un delfín y una ballena.

Afortunadamente, una profesora se cruzó en su camino y ella dejó de lado los animales por la voz y la música. Desde que comenzara con el Cor Ciutat d’Eivissa, a pesar de su juventud puede presumir de tener una trayectoria amplísima y de haber publicado tres discos, En esta orilla de Drexler, Recordando a Ella Fitzgerald y Joe Pass y el último, titulado Camino a Santa Clara … Por 50 años más con Los Fakires y que recientemente presentó con gran éxito en un concierto en el Palau de Congressos de Ibiza, en Santa Eulària. Y lo que está por venir, porque Ángela Cervantes no para. Y por ello aprovechamos que hizo un descanso en su querida isla antes de seguir con Brit Floyd para convertirla en Sardina Negra.


—Antes de todo enhorabuena porque su concierto en el Palau de Congressos de Ibiza fue todo un éxito...

—Muchas gracias. Más que un éxito fue un sueño que se hizo realidad. Actuar delante de tu gente, con tan buena acogida, con músicos encima del escenario como Juan Rodríguez Berbín, Martin Leiton, Daniel Oyarzabal y Ariel Bringuez, y presentando un proyecto como es el de Camino a Santa Clara … Por 50 años más con Los Fakires... no se puede pedir más.

—Vamos, que está encantada.

—(risas). Sí. Estoy súper feliz. Incluso, como yo soy así, me pasé medio concierto tragándome las lágrimas de la emoción. Y aún ahora, días después todos nos seguimos mandando mensajes diciendo lo bien que fue todo y ver cuando repetimos.

—Antes dijo que fue muy bonito actuar delante de su gente. Y es que usted se crió en Talamanca.

—Sí, aquí pasé los primeros 17 años de mi vida.

—Vaya privilegio. A los que somos de Madrid, y más de ciudad que los pasos de cebra, nos da mucha envidia...

—(risas). La verdad que sí. Yo estaba siempre en el mar y mi madre siempre me recuerda con los labios azules. Y eso por no hablar de los animalitos con los que jugábamos, cómo cogíamos pulpos con las manos o cómo, antes de que se inventara el padel surf, yo cogiera una tabla de wind surf de esas que pesan muchísimo kilos y con un remo astillado, me metía mar adentro a la aventura.

—Normal que quisiera ser bióloga marina.

—(risas). Sí, me hubiera encantado recorrer los mares buscando delfines o ballenas. Sin embargo, se cruzó en mi camino una profesora que me hizo cambiar de mi vocación. Y desde entonces decidí dedicarme a la música.

—Me imagino que también habría otras muchas más cosas ¿no?

—Bueno, en mi casa siempre hubiera música por todos lados. Se escuchaba a todas horas por las orquestas que actuaban en el hotel o por los discos o los cassettes que tenían mis padres. Además, mi abuela también influyó. Fue un gran estímulo para mí porque tenía una gran voz y si hubiera querido y hubiera vivido en otros tiempos seguro que hubiera llegado lejos en el mundo de la música.

—Hay algunas personas que la recuerdan de cuando cantaba en el karaoke del hotel donde trabajaban sus padres...

—(risas) ¿Sí? Madre mía. De eso hace mucho tiempo cuando yo era muy pequeña. Luego también canté en la orquesta del hotel hasta que con la edad del pavo me di cuenta que era la protagonista y me entró el miedo escénico de la edad (risas).

—¿Es cierto que su primer grupo lo montó con Susana Serra y Claudia Blanco? ¿Y que eran como las Destiny’s Child de Ibiza?

—(risas) Sí, el grupo se llamaba Mar de fondo. Fue una experiencia preciosa porque con Claudia aprendí a escuchar mi propia voz y hacer armonías vocales. Juntas cantábamos canciones que nos encantaban del programa Etiqueta Negra y que veíamos a través de la MTV que se colaba por la señal de Canal Mediterráneo (risas).

—¿A quién les gustaba parecerse?

—A las que tenían muy buena voz. A mí me encantaba Whitney Houston. Aún recuerdo un cassette suyo que me regaló mi madre y que estaba tan usado que se escuchaban las dos caras a la vez (risas).

—¿Y cómo fue su primer concierto, digamos, profesional?

—Pues fue cuando estaba en el Cor Ciutat d’Eivissa y gracias a Gina Campalans, quien me invitó a participar al espectáculo Buscando a una estrella a pesar de que no tenía la edad para ello. Estaba muy nerviosa pero se ve que no me salió mal del todo porque con el tiempo he ido superando retos.

—Usted salió de Ibiza para buscarse la vida por medio mundo... Menudo Erasmus del que puede presumir...

—(risas). Sí, pero pagando y a base de mucho trabajar. Todo comenzó en el Cor Ciutat d’Eivissa y gracias a su entonces director, Joan Company. Él me animó a que saliera de la isla y, aunque fue una decisión muy meditada, al final valió la pena.

—Además tengo entendido que usted fue preseleccionada para el programa Número 1 que presentó Paula Vázquez en Antena 3. ¿Qué pasó al final?

—Es verdad. También hace mucho tiempo de aquello, creo que en 2012. Pues nada, que me llamó una chica para que me presentara a un casting, era muy maja y muy simpática y me convenció. No me hubiera importado participar porque era menos reality y más concurso y academia. Sin embargo, al final no salió. De todos modos no es lo mío. Para mí, la música es otra cosa.

—Ha editado tres discos y actualmente es la única española que forma parte del elenco del exitoso espectáculo Brit Floyd, en homenaje a la mítica banda. ¿Cómo hace para no equivocarse y cantar una canción cubana cuando toca una de Pink Floyd o una de Jorge Drexler?

—(risas). Pues es complicado. Incluso me lo dijo una amiga antes del concierto de Santa Eulària. Pero al final te acostumbras porque entiendo la música como un único mensaje y aunque hay distintos estilos al final todo se rige prácticamente por lo mismo. Además, a mí me encanta seguir conociendo nuevos estilos y probarme para ver si soy capaz de hacerlo bien. Es genial para acercarte a otras gentes y otras culturas.

—Hablando de otras culturas. Usted tuvo el enorme privilegio de grabar en Cuba con Los Fakires. ¿Cómo fue la experiencia?

—Impresionante. Así, sin más. Fue como viajar a otro planeta o otro tiempo de la mano de alguien tan importante como Los Fakires. Conocerles, ver cómo actúan y cantar con alguien que a sus 80 años se mantienen tan frescos fue algo que nunca olvidaré.

—Dijo en el concierto que Los Fakires son, en cierta medida, como Ressonadors. ¿Por qué?

—Porque son los grandes guardianes de la tradición musical cubana. Gracias a ellos y a los conciertos que hacen semanalmente en Santa Clara, y a los que acude muchísima gente, la cultura cubana se mantiene viva. Es más o menos lo que ha hecho Ressonadors, quienes han puesto de nuevo en valor junto a Uc o Aires Formenterencs temas de nuestra tradición ibicenca.Y ahora imagínese que Ressonadors tocara cada semana en Vara de Rey. ¡¡Sería una pasada!!

—¿Y qué le decían cuando tocaba con ellos una pelirroja?

—(risas) Bueno, más bien una blancucha (risas). Fue también increíble porque además la primera canción que yo interpreté suya fue Novia mía, un bolero que compuso el director musical del grupo para su novia. ¡¡Imagínate qué emoción!!

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

Angela Cervantes nació en Ibiza y pasó sus primeros 17 años viviendo junto a la playa de Talamanca.

Tras querer ser bióloga marina su experiencia musical comienza en el Cor Ciutat d’Eivissa, en el grupo Mar de Fondo junto a Clara Blanco y Susana Serra.

En 1999 se traslada a Barcelona para estudiar en el Aula de Música Moderna y Jazz, y hacer interpretación, danza y estructuración corporal.

Tras formarse con maestros como Deborah J. Carter, Carme Canela, Raquel Lojendio, Ivana Kotov, Shamanka Phoenix, Emmanuel Djob, Federico Rey, Pat Metheny, Perico Sambeat, Sheila Jordan o Paul Farrington se integra dentro del grupo de gospel y músicas del mundo The Black & White Xperience de Montpellier, Francia, con los que realiza giras por toda Europa.

A finales de 2005 se traslada a Madrid donde forma parte de la Compañía de danza Antonio Najarro en el espectáculo Jazzing Flamenco que viaja a Francia, Canadá, Turquía, Alemania, Omán, Israel, Argelia o Chipre. Además, dirigió el musical Cruce de Vías, representado por toda España.

Desde 2010 formó parte del grupo Pink Tones banda española que tributa a Pink Floyd, y desde 2013 es la única española que canta en el espectáculo Brit Floyd.

Hasta el momento ha editado tres discos, En esta orilla de Drexler (2012), Recordando a Ella Fitgerald y Joe Pass (2014), y Camino a Santa Clara… Por 50 años más con Los Fakires (2016).

PROGRAMA

Hoy en la TEF a las 21.55 horas