La ilusión de los niños en estas fechas de Navidad no tiene precio y ayer la Llar Eivissa puso su granito de arena para fomentar esta particular magia. Y es que los alumnos del colegio público Sa Bodega de la ciudad de Ibiza visitaron el hogar en una actividad intergeneracional, donde, entre otras cosas, pudieron entregar sus cartas a Papá Noel.
«¡Es de verdad!», exclamaban los pequeños al estirar de la barba blanca de Papá Noel. Y mientras se frotaban los ojos y alucinaban los niños, sentados en las rodillas de este ‘gran hombre’ de rojo, también le contaban lo bien que se habían portado durante este año que está a punto de terminar, al tiempo que le pedían los juguetes que esperan que les traiga la noche del 24 de diciembre.
Por su parte, Papá Noel estuvo muy bien acompañado. El grupo de teatro de la Llar Eivissa, Las Querubinas, le acompañaron en la visita añadiendo grandes dosis de alegría en este encuentro navideño con una bonita actuación cargada de villancicos, poesía y estribots tradicionales ibicencos.
Mare de Déu Pagesa
Además, y como es costumbre, para celebrar bien la Navidad hace falta montar el Belén. Con su Virgen María y el niño Jesús. En este caso en la Llar Eivissa le han dado un especial protagonismo a la Virgen y han hecho una versión de Mare de Déu pagesa. «Hemos vestido este busto con un traje de pagesa ibicenca que tiene 20 años», aseguró divertida la directora del centro, Pepita Vadell.
Así, todos los que pasen por este edificio situado en la calle Josep Riquer Llobet de la ciudad de Vila se encontrará con una Virgen María vestida con «faldellí, falda, delantal, riflaco, pañuelo para la cabeza y mantellina, que sólo se usa en Semana Santa», unas piezas que han sido creadas por la presidenta de la Llar, Maria Torres. Por supuesto, la Mare de Déu tiene en sus brazos a un recién nacido niño Jesús, también vestido, desde el año pasado, por Torres. Además, la idea es que el belén se pueda completar el año que viene con Sant Josep.
«Se trata de poder mantener activas a los mayores con actividades socioculturales, de encuentro y de ocupación de tiempo libre», aseguró Vadell, y «lo bonito es que compartan también sus hobbies». Este es el caso de Maria Torres, que durante 35 años ha trabajado en un taller de moda Adlib, y ha cosido mucha ropa de payesa. «La moda Adlib era trabajo, y los trajes de payesa era mi diversión», aseguró satisfecha y sonriente, al lado de la Virgen Maria, que aquí, en la Llar Eivissa, viste de payesa.
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