Ayer muchos de los presentes en Sant Josep se frotaban los ojos tras acabar la tradicional misa del día de Navidad al ver una nueva edición del fantástico Belén viviente de la localidad. Los que ya lo conocían porque el nivel de la representación aumenta año tras año y los que no porque tenían delante un espectáculo digno de una película de cine.

Este año han participado como actores unos cincuenta niños del municipio, correspondientes, tal y como explicó a este periódico el párroco Josep Lluis Mollà, a los grupos de Catequesis, a los jóvenes de Confirmación y a los que ellos llaman cariñosamente «juniors». Además, junto a ellos, los miembros del Coro Parroquial de Sant Josep fueron los encargados de poner la música a la actuación con la interpretación de villancicos y canciones populares navideñas ibicencas.

Según Mollà, todos ellos llevan ensayando y trabajando intensamente desde hace mucho tiempo «para que no falte ni un detalle y todo salga perfecto». Un esfuerzo que ha merecido la pena viendo la calidad de la representación, impulsada por unos jóvenes actores que fueron capaces de recitar de memoria parte de los pasajes que podemos encontrar en los evangelios de San Lucas o San Mateo, como la anunciación del Ángel Gabriel a la Virgen María, la anunciación a José o la anunciación a los pastores, y por supuesto, el nacimiento y la adoración de los tres Reyes Magos. Incluso, y para aumentar más realismo a este Belén viviente de Sant Josep, el niño Jesús es un pequeño recién nacido de apenas unos meses procedente de una familia de la localidad.

En este sentido, Josep Lluis Mollà mostró su satisfacción por el magnífico nivel y la buena acogida que tiene años tras año este Belén, que lleva celebrándose desde hace algo más de dos décadas. «Es muy importante que salga bien y que los ibicencos vengan a disfrutarlo porque en la realización de este Belén viviente se vuelca todo el pueblo, desde los niños que le ponen mucha ilusión y esfuerzo hasta los miembros del coro y las familias, puesto que muchos de los padres y hermanos mayores también han participado en ediciones anteriores», concluyó un orgulloso párroco de Sant Josep.