El invierno formenterense aletarga, aunque bajo esa ensoñación sobresale la cultura reposada de aquellos valientes que deciden sobrevivir la estación fría al sur de las Pitiusas. Es el caso de los diez artistas y creadores que un año más, aportan sus pinturas, esculturas, dibujos y tapices para mostrarnos su visión de Formentera. Es el caso de la pintora Emilia Brussoni, que llegó hace diez años de Uruguay y se quedó prendada de la isla y de una luz que con el frio destila una pureza especial a la hora de reflejar sus paisajes de molinos y apartadas playas pobladas de barcas ancladas en la arena. Las playas y la mar son, además de fuente de inspiración, punto de encuentro de maderas y otros materiales que Emilia recicla para componer los marcos que acotarán sus obras.

El punto magrebí

Entre las diversas expresiones artísticas a apreciar por el visitante, encontramos también un curioso tapiz confeccionado por la catalana Olga López. Olga hace años que escogió los tejidos como forma de expresión artística y más en concreto los tapices. En esta ocasión nos presenta un original fruto de su viaje a tierras marroquíes, donde pasó un tiempo aprendiendo las técnicas allí usadas para hacer composiciones con telar. De ese intercambio de conocimientos nació una nueva creación donde Olga nos acerca a las simbologías tanto árabe como otomana para componer una vistosa alegoría a la madre tierra. Combinaciones figurativas y formas comunes a creaciones que van desde el norte del Magreb a Turquía, y que tienen a su máximo exponente en las vistosas y coloridas alfombras de fama mundial.

Jorge Traverso, Fran Lucas Simón, Álvaro Mendoza, Robert Hawkins, Juan Moreno, Celia Jiménez, Aaron Keydar y Franz Kokowashi son los otros nombres propios que completan una muestra donde, hasta este próximo sábado, el visitante podrá recorrer las variadas propuestas artísticas que nos ofrece esta Formentera invernal y departir con alguno de sus creadores sobre puntos de vista, significantes, colores, formas, inspiraciones… o tal vez dejarse seducir por alguna obra en concreto y soñar, en este letargo post navideño, con enriquecer el comedor con ella.