Carles Puigdemont, el conseller balear Martí March, el conseller catalán Santiago Vila y el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, brindan con las autoridades italianas. | Carles Domènec

La 54 edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia, la más importante del sector en el mundo, abrió este lunes sus puertas con Baleares y Catalunya como invitadas de honor. La cita excepcional, el desembarco de la cultura catalana en la ciudad italiana, ha quedado marcada, a nivel político, por la ausencia de la consellera balear de Cultura, Ruth Mateu, que dimitió el pasado viernes. El conseller d’Educació, Martí March, asistió a la inauguración representando al Govern. Le acompañaron el director en funciones del Institut de la Llengua i la Cultura de les Illes Balears (Illenc), Josep Ramon Cerdà, y el delegado balear del Institut Ramon Llull (IRL), Lluís Maicas.

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«Con mi presencia, real y simbólica, en representación del Govern, se da a conocer nuestra implicación y se reconoce todo el trabajo realizado por el Illenc», argumentó March. «No tiene importancia que la consellera no haya podido asistir, lo más importante es el hecho cultural, se pone de manifiesto que la nuestra es una lengua fuerte y una cultura normalizada, se trata de una industria, la cultura es inversión y conocimiento y lo que nos hará libres para afrontar los retos del siglo XXI».

Por parte catalana, la representación institucional la encabezó el president Carles Puigdemont, quien parafraseó al ministro italiano de Cultura y declaró que «la cultura es también nuestro petróleo, la cultura y la lengua representan un auténtico puente entre territorios y personas», y destacó «la buena relación actual con el Govern balear».