El artista catalán Adolf Aymat junto a la escultura que inauguró este pasado jueves en Santa Eulària. | Josefina Torres

El pasado jueves, el artista catalán Adolf Aymat, residente en Ibiza desde hace más de cuarenta años, inauguró una escultura en el paseo marítimo de Santa Eulària coincidiendo con la reapertura de la peatonalizada plaza Isidor Macabich, conocida popularmente como la plaza del Cañón.

Se trata de una escultura realizada en acero corten, cortada en la herrería de Santa Gertrudis, y realizada a tamaño natural, que simboliza a una payesa que tiene cogida de la mano a una niña. Se da la circunstancia de que ambas llevan una cesta de la compra «como indicando la dirección hacia la zona comercial» ya que como explicó Aymat a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA, «la niña arrastra a la madre para ir a comprar».

El creador catalán también aseguró que el Ayuntamiento de Santa Eulària volvió a confiar en él una vez más para encargarle una escultura, después del éxito de las varias que ya tiene expuestas en el pueblo como la del arador con el caballo en Can Planetes, situada enfrente del centro de interpretación del río de Santa Eulària, o la payesa del porxo del Ayuntamiento».

Un hombre polifacético

A lo largo de sus años en activo, Adolf Aymat ha sido galardonado con el premio Xarc y el premio Onda Cero a las Artes Plásticas. Estudió peritaje mercantil mientras por las noches iba a la Escuela Industrial a clases de dibujo y pintura donde también se sacó el título de Maestro Artesano de alfombras y tapices. Cuando murieron sus padres se hizo cargo de su fábrica de tapices y alfombras, «donde tejían alfombras para el Liceu de Barcelona o el Parlament de Catalunya» y que actualmente sigue existiendo. Más tarde, cuando la empresa cerró debido a la crisis producida por la importación de alfombras asiáticas a bajo precio, fundó una fábrica de género de punto, donde se realizaron los pijamas con los dibujos de la serie televisiva La familia Telerín que tuvieron mucho éxito.

En 1975 vino a Ibiza de vacaciones y, un año después, se instaló definitivamente en la isla. Aquí empezó a realizar figuras de cerámicas de payeses y pintarlas inspirándose en los dibujos de Luis Amor. Posteriormente, aprendió en un taller de Francia a esculpir el mármol y la madera y en el 90 se dedicó a realizar esculturas con «piedra de perforada». Actualmente sigue trabajando en la escultura y la pintura.