La colla de Sant Rafel hacía su entrada en la iglesia del pueblo con puntualidad inglesa sobre las 12 del mediodía de ayer para celebrar la misa encabezada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, con motivo del día de Sant Rafel.

Casi todos los vecinos del pueblo se dieron cita ayer un año más con sus mejores galas para celebrar la esperada fecha aunque Carlota, de sólo tres añitos, fue la gran protagonista y la que acaparó todas las miradas. El motivo fue que era imposible no reparar en el pequeño traje que la integrante más pequeña de la colla lució ayer en este día tan señalado. Carlota no se encontraba ayer con ganas de entablar demasiadas conversaciones, seguramente producto del calor que un sol más veraniego que otoñal dejó sobre el pueblo, por lo tanto fueron sus padres Carlos y Maribel Riera quienes comentaron orgullosos a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que Carlota lleva ya un año en la colla y que «llama la atención lo que se concentra para vestirse y para bailar», un amor por la tradición que ha heredado de su madre quien lleva bailando 27 años con pasión y veneración por las costumbres, mientras que su padre recordó emocionado que lo primero que le regalaron los compañeros de la colla cuando nació «fue su traje para bailar».

El reloj marcaba casi las 13.20 horas cuando Joan Marí encabezó la procesión de las ocho imágenes que precedieron a la de Sant Rafel, la cual escoltada por miembros de la colla recorrió los alrededores de la iglesia antes de la demostración de ball pagès, los demás son acarreados por integrantes de cada hermandad.

Por otro lado, incluso Sofía, un bonito yorkshire marrón claro, se había preparado debidamente para la ocasión con un lazo acorde con las celebraciones «porque le encanta venir a las fiestas cada año», comentó su amo, Toni Riera, quién también recordó que arregló, junto al párroco la iglesia, la fachada para que «todo estuviera perfecto».

Desde la asociación de vecinos del pueblo comentaron que se prepararon unas 35 bandejas de bunyols calculando que se acercarían a la parroquia alrededor de 200 personas.

Por su parte, Fran, el párroco de Sant Rafel que casualmente cumple un año en el cargo tras ser trasladado desde Sant Antoni, comentó a este medio que para «Sant Rafel es un muy importante este día porque es la fiesta de su patrono principal donde convergen nuestra fe y nuestra cultura. Es un pueblo pequeño que tiene su magnetismo, la gente ama a su parroquia y se esfuerza por dar lo mejor de sí cuando hay cualquier actividad y la respuesta siempre es muy positiva; me siento muy afortunado de ser su párroco».