El reconocido chef Arturo Castillo en una imagen promocional.

Arturo Castillo ha dedicado los últimos 18 años a estudiar ayurveda para «poder traducirlo y adaptarlo a nuestros tiempos», es chef y nutricionista ayurveda. Ayer comenzaron en el Centro Quiropráctico El Árbol de la Vida un ciclo de conferencias gratuitas. ‘Ayurveda en Otoño’ fue la primera y continúan hoy con ‘Ayurveda para toda la familia’. Por otro lado, lleva a cabo una Mesa Redonda hoy y mañana donde toma el pulso a cada uno y la información y ‘tips’ pueden servir para todos los participantes donde «hablamos no sólo de comida porque lo que te trajo a comer como comes no es la comida sino una situación concreta en tu vida», damos las herramientas para que «no seas media naranja sino que seas una naranja completa». Con motivo de su visita en la isla, PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA ha mantenido una charla con el famoso chef en el que nos cuenta a qué se dedica y la relación de la sociedad actual con la comida.

—¿Qué es la cocina Ayurveda?

—Es una forma de entender la naturaleza del cuerpo. Se origina en la India hace unos 5.000 años, y ya en esa época se sabía que no sólo uno es lo que come sino que uno come según el estado que tiene en el momento que va a comer, por eso uno elige aquellos alimentos que a veces nos sientan bien y otras mal. Ayurveda le da al individuo conocimiento del entorno y su cuerpo. Cuando conozco algo formo parte de eso y entonces no me quejo de eso porque sino me estaría quejando de mí, entonces la felicidad depende enteramente de mí, eso es Ayurveda.

—¿Como hace una persona para reconocer los alimentos que le favorecen?

—A través de los profesionales de la medicina ayurveda se pueden reconocer los biotipos de cada uno, son tres los principales: Vatta (aire y espacio), Pitta (fuego y agua) y Kappha (tierra y agua). Una vez identificado el principal hay que comenzar a nutrirse en base a lo que puede digerir según su capacidad natural. Una digestión que no es correcta es una digestión que se va a transformar en toxinas, que es lo que crea enfermedades físicas.

—¿Cómo se empieza el camino al cambio de alimentación? ¿El primer paso sería contactar con un nutricionista ayurvédico que nos guiara?

—Si tuviera que dar una pauta general para que cada uno empiece en su casa sería la siguiente: intentar en la medida de lo posible dormir temprano, a las 22.00 ó 22.30, antes una pequeña meditación de 5 ó 10 minutos, despertar temprano, meditar para poner la mente en calma y en su sitio. Después una ducha tibia, un desayuno ligero, una comida más contundente y una cena muy escasa. Esto ya los va a ayudar a mejorar. Es muy grave comer sin tener hambre, sólo porque es la hora de comer. Debido a la ansiedad creemos que la comida nos va a dar la felicidad. Entonces si crees que la felicidad está en la comida, la felicidad te va a durar lo que dura el sabor en la boca. Necesitarás comer toneladas de comida para ser feliz y nunca lo conseguirás porque la felicidad está dentro de tí, y en cuanto sabes que vales.

—Incorporarlo a tu vida y no hacerlo un par de meses para bajar de peso, por ejemplo...

—Correcto. Lo de la ‘operación bikini’ me da muchas gracia... es mentirnos. Las dietas temporales tienen algo muy negativo que es que te retiene de algo y comen el triple después de la dieta porque la mente no entendió porqué debe dejar de comer eso sino que debe dejar de comerlo, entonces cuando te dan la posibilidad de comerlo otra vez comes el triple, generan mucha ansiedad.

—Se vuelve a los viejos hábitos aunque te encuentres mejor. ¿Manda la mente o el cuerpo?

—Es la mente la que condiciona el cuerpo, el cuerpo es el que padece los caprichos de la mente que es la conductora. Por eso es muy importante la meditación, mantener la mente relajada y alimentarse correctamente. Si la mente no está correctamente enfocada y sin ansiedad te puede destruir el cuerpo. A la mente le gusta mucho la nata con fresas y chocolate que se derrita por arriba y el cuerpo te pide solo algo que le siente bien como un calabacín salteadito... es muy creativa (risas). Si te vas a parar delante de una comida no le hagas caso a las propuestas de la mente, la mente quiere divertirse y el cuerpo quiere nutrirse. Al final el cuerpo se ve en la cárcel que le crea la mente por placer y lo tiene cansado, aletargado, estresado y con dolores.

—¿Cuál es el alimento que no puede faltar en la despensa?

— Los vegetales no pueden faltar, mis favoritos para una dieta equilibrada son: el calabacín, la zanahoria, la calabaza, las hojas verdes... y el aceite de oliva, por supuesto. Soy un apasionado del aceite de oliva.

—¿Y el que deberíamos erradicar?

—Te vas a sorprender... de lo que deberíamos privarnos radicalmente es del exceso. El exceso está menguando la felicidad de la población, la capacidad que tiene cada individuo de ser feliz y de ser su mejor versión. Cuando comemos en exceso aunque la comida sea muy buena en grandes cantidades se convierte en toxinas. Al comer en exceso tiras la toalla de la salud... pero si estas comiendo variado aquellos alimentos que te sientan bien, porque ya te conoces o has venido a mis charlas, por poner un ejemplo, y los sabes comer con la prudencia adecuada, en el momento adecuado, combinado de la mejor manera... ¡Guau! Lo que hay que tener en cuenta no es lo que no comemos sino la cantidad que comemos de esas cosas. La cantidad de comida que comemos hoy en día es una locura. Y hay que tener en cuenta que un niño coge los hábitos de lo que ven en casa, van a imitar esa energía y esos patrones.

—¿La velocidad con la que comemos influye?

—La digestión comienza al ver la comida, en ese momento empezamos a salivar y se prepara la digestión. Si mastico despacio y lo disuelvo bien mi digestión será mejor y no me sentará mal porque será acorde a mi capacidad de absorción y de digestión, y comeremos menos cantidad.

—¿Y el estado anímico que papel juega en la alimentación?

—El estado anímico esta íntimamente ligado a lo que he comido en las últimas 24 horas, el efecto de esa digestión me llevó a pensar de tal manera, ocurre con el tiempo. Se crea un hábito. Una serie comidas te llevan a una forma de pensar constante hacia un punto. Sé lo que comes y por eso sé lo que piensas y lo que te provocan. Cuando tomo el pulso a alguien veo como está el hígado, el páncreas, la agitación de la mente, sé lo que estás comiendo y lo que te está provocando… Las emociones tienen una condición directa con la comida, uno va a comer de acuerdo a como se siente, y Hollywood ha hecho mucho con aquello de la chica triste comiendo helado... pero esa no es la verdad. Es una esclavitud. Estarás peor después de comerte ese helado porque estarás más aletargado y con menos energía, más triste, has comido para estar peor.

—¿Es un poco masoquista?

—Sí, lo somos, es la parte de «vamos a tocar fondo y ya levantaré». Uno puede rendir más comiendo menos siempre y cuando aprenda a hacerlo de la forma adecuada para que no falten nutrientes, hay que aprender como no depender de la comida que nos tiene cojos, mancos y ciegos ante un plato de comida. La idea es que el plato no te domine sino que tu elijas cuando y como quieres comer esos alimentos. Cuando tiene una rutina espiritual eso siempre que nos ayuda a reencontrarnos uno siempre tiene vitalidad. Cuando la mente está en armonía puede elegir bien, sino quiere comer lo práctico y lo rápido, lo primero que ve en la nevera, el picoteo, se pasará todo el día comiendo, sin hambre, y estará cansado porque su cuerpo habrá tenido que hacer la digestión de todo lo que ha comido durante el día... y como al otro día está cansado tomará café y desayunará antes de irse a trabajar porque no va a irse sin desayunar, come sin hambre otra vez… y así cada día. Es impresionante lo que soportan esos cuerpos.

—¿La charla de hoy se titula ‘Ayurveda para toda la familia’ nos puede adelantar algo?

—Como miembro de una familia tenemos una responsabilidad con los hijos; potenciar la vitalidad y la salud de los niños es esencial para ganar tiempo con herramientas nutritivas de fácil aplicación que pueden emplearse acompañados de los más pequeños.

—Has visitado la isla varias veces... ¿Crees que por sus dimensiones, clima y características podría llegar a ser una utopía ‘bio’ hecha realidad?

—He comprobado que en Ibiza hay buenísimos vegetales, verduras y frutas, hay de todo para hacerlo posible y todo lo que necesitamos para estar bien. Si comemos con honestidad encontramos en la isla de todo.