Todos aquellos que quieran saber algo más sobre el período conocido como la Transición – «con mayúscula inicial» – o simplemente recordar como fueron aquellos años desde la muerte del dictador Francisco Franco y la instauración definitiva de la democracia en España, Ibiza y Formentera tienen una cita ineludible en Sa Nostra Sala con la exposición La transició a peu del carrer.

Se trata de una muestra didáctica, visual y amena que se podrá ver hasta el próximo 23 de diciembre en la sala de la calle Aragón de Ibiza. Ha sido comisionada por petición expresa del Consell d’Eivissa por el historiador e investigador Antonio Viñarás y diseñada por Álvaro Jiménez. En ella se puede encontrar numerosa documentación de un período cuya acotación temporal es complicada porque hay quienes sitúan su inicio el 20 de diciembre de 1973, cuando ETA asesinó a Carrero Blanco, y los que la clausuran tras la aprobación de la Constitución de 1978, la victoria socialista de 1982 o, incluso, la llegada a la Moncloa de José María Aznar en 1996.

Ante este dilema, Antonio Viñarás explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que decidieron empezar el relato de la exposición con la muerte del dictador Francisco Franco, «causante de los 36 años de aislamiento y dictadura», y concluirlo con la firma del acta de adhesión de España a la Comunidad Económica Europea el 12 de junio de 1985 «porque finalmente situó a España en la Europa política de la que nunca debería haber salido».

Para contar la historia, Viñarás y Álvaro Jiménez han buceado durante largo tiempo en el Arxiu d’Imatge i So del Consell d’Eivissa, en el Arxiu Històric Municipal del Ayuntamiento de Ibiza o en la Enciclòpedia d’Eivissa i Formentera. Gracias a ello en la muestra se pueden ver fotografías, carteles electorales, manifiestos políticos y algunas joyas como las portadas del semanario UC, publicado desde el 27 de agosto de 1977 al 11 de marzo de 1978. «Es una de las grandes sorpresas de la muestra porque este semanario editado por Publicaciones Pitiusas S.A. y dirigido por Juan Ramón de la Cruz y Rafael G.Pascuet, era uno de los más reivindicativos de España con sus apenas cuarenta páginas», destacó ayer Viñarás, mientras recordaba que entre sus fundadores estuvieron Alonso Marí Calbet, Joan Planells, José A. Muñoz-Román, Joan Tur Ramis y Luis Santos. «Escrito en catalán y castellano, llegó a tener una tirada de unos dos mil ejemplares y sus noticias, artículos de opinión y reportajes sobre la Segunda República, la Guerra Civil o la salida del armario del primer cura en España, el ibicenco Antonio Roig Roselló, le convirtieron en un referente periodístico en la época de la Transición por su independencia y crítica con el poder establecido».

«Centrada en el pitiuso de la calle»

Además, el comisario de la exposición ha decidido hacer especial hincapié «en todos aquellos pitiusos, políticos o no, que hicieron todo lo posible para consolidar la democracia tras tantos años de dictadura, jugándose incluso su propia vida».

Así por ejemplo, los más nostálgicos podrán recordar aquellos movimientos que se hacían en la sombra antes de que muriera Franco. Por ejemplo se recogen las actividades del movimiento político clandestino creado en 1973 por opositores al régimen bajo los auspicios del Partido Comunista de España y el Partido Carlista y en el que estaba Antoni Costa Bonet, rector de San Mateo, y la redacción en agosto de 1973 y en catalán del programa de la Mesa Democràtica d’Eivissa: drets elementals, amnistía per als presos polítics i eleccions lliures. También hay espacio para la constitución en 1974 de la Junta Democrática de Ibiza, formada por fuerzas contrarias al franquismo como el Partido Comunista de España, el Partido Socialista Popular, el Partido Carlista, Comisiones Obreras y, incluso, democristianos y monárquicos.

Ya muerto el dictador, la exposición recoge aquel 10 de enero de 1976 en el que el socialista Joan Tur Ramis, miembro de la Junta Democrática de Ibiza, acompañado de otros pocos valientes, acudió a Dalt Vila a entregar en el Ayuntamiento de Ibiza un manifiesto firmado por 1.200 personas en el que se pedía la amnistía general y el restablecimiento de las libertades políticas. Lo mismo que cuando se pidió en Ibiza a través de la Asamblea democrática de Ibiza y Formentera «la instauración de la democracia, la apertura de un proceso constituyente y el autogobierno de las regiones y las nacionalidades».

Las primeras elecciones democráticas

Otros puntos destacados nos remontan a 1976, cuando los ibicencos decidieron apoyar con 94% de sus votos, el proyecto de Ley para la reforma política o las primeras elecciones democráticas a Cortes constituyentes en 1977 y «en las que, con el 38,30% de los sufragios, resultó elegido senador Abel Matutes, candidato de la coalición derechista S’Unió, imponiéndose a Isidor Marí Mayans, del izquierdista Bloc Autonomista; Guillermo Tuells Riquer, de la UCD; Mariano Llobet Román, del Partit d’Eivissa i Formentera, y Ernesto Altés, de la Unió Democrática de Balears».

Precisamente en estas elecciones el debate sobre la autonomía de Ibiza y Formentera fue un punto destacado en la campaña. Según recuerda Viñarás, «el 11 de junio, los partidos políticos y los candidatos pitiusos firmaron el pacto autonómico y, tras los comicios, formaron la Asamblea Política de las Pitiusas, integrada en la Asamblea de Parlamentarios de las Baleares, con el objetivo de lograr un régimen preautonómico provisional que se materializó en julio de 1978 bajo la presidencia de Jeroni Albertí Picornell».

Sin embargo, entre agosto y diciembre de 1981 se vivieron momentos de suma tensión en Ibiza. Tal y como preveía el artículo 143 de la Constitución por el que Baleares accedió a la autonomía, los ayuntamientos se pronunciaron sobre la iniciativa autonómica, votando en contra Santa Eulària, Sant Josep y Sant Joan y a favor Ibiza. Y en Sant Antoni, «en medio de los insultos y las amenazas de los antiautonomistas exaltados, la iniciativa salió adelante tras el voto de calidad del alcalde Vicent Marí Prats, y después de una tensa sesión extraordinaria en la que fue expulsado antes del pleno el exconcejal Manuel Mateu Babot».

Otros apartados importantes de la exposición hacen referencia a la aprobación mayoritaria en las Pitiusas del referéndum del 6 de diciembre sobre la Constitución, las primeras elecciones municipales de la democracia, celebradas el 3 de abril de 1979, y en las que salieron elegidos como alcaldes Joan Prats Bonet en Ibiza, Vicent Guasch Tur en Santa Eulària, José Tur Torres en Sant Josep, Vicent Marí Prats en Sant Antoni y Jaume Tur Juan en Sant Joan de Labritja, y las primeras elecciones al Consell d’Eivissa, siendo su primer presidente Cosme Vidal Juan.

MOMENTOS MUY TENSOS

1977, año de encierros y manifestaciones

La exposición recoge dos hechos claves para la historia de Ibiza y Formentera.

El 8 de octubre de 1977, bajo el amparo del párroco Vicente Torres Font, seis trabajadores del hotel Miami Canar se encerraron en la iglesia de Santa Creu de Villa. Dos habían sido despedidos y cuatro sancionados irregularmente tras una huelga de hora y media en la que pidieron la readmisión del primer despedido, Pedro Checa, descansos reglamentarios de doce horas entre jornada y jornada, el pago de horas extraordinarias y la mejora de las comidas y las condiciones laborales. Tuvieron el apoyo de CCOO, el Partido Carlista, el PCE, el Partido Socialista popular y el PSOE y tras 70 horas lograron que la dirección diera marcha atrás.

Mientras, el 29 de octubre y con el lema «Ses Salines, Parque Natural», un millar de ibicencos salieron a la calle en la que fue la primera movilización ecologista pitiusa. La reivindicación pretendía evitar la urbanización de ses Salines después de que en 1973 el Ayuntamiento de Sant Josep hubiera aprobado inicialmente un Plan general de ordenación urbana que permitía crear 20.000 plazas turísticas.