Joan Pons Torres es licenciado en HIstoria y actualmente da clases en Mahón.

Joan Pons Torres (Ciutadella de Menorca, 1993) es licenciado en Historia por la Universidad de Barcelona y máster en Formación del Profesorado en Educación Secundaria y Bachillerato por la Universidad a Distancia de Madrid, especializado en Geografía e Historia. Ha sido profesor de Lengua Catalana y Literatura en el IES Santa Maria d’Eivissa, y actualmente es profesor de Historia en el IES Joan Ramis i Ramis de Mahón. Hijo y nieto de zapateros, liberal y de raíces cristianas, desde muy joven se interesó por la lengua y la cultura balear. Desde 2016 es colaborador del Menorca-Es Diari en la sección de opinión ‘Rallant en pla’, donde ha publicado más de 200 artículos periodísticos, y desde enero de 2020 colabora también con Periódico de Ibiza y Formentera, donde escribe en ibicenco. Actualmente es el director de Sa Fundació Jaume III y una de las voces especializadas en la defensa y conservación del ibicenco, del menorquín y del mallorquín.

Para empezar, ¿nos podría explicar qué es Sa Fundació Jaume III y cuándo se creó?
—Sa Fundació es una entidad sin ánimo de lucro que se creó a finales de 2013 con un objetivo muy claro: defender y dignificar el ibicenco, el menorquín y el mallorquín. Sa Fundació no nace como una simple asociación cultural, sino que aspira a erigirse como movimiento ciudadano transversal de ancha base social que agrupe todas las iniciativas políticas, mediáticas, filológicas, asociativas y culturales encaminadas a prestigiar al balear en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

¿Por qué se llama Fundació Jaume III? ¿Quién fue y por qué destacó este rey?
—Nosotros quisimos rendir homenaje a Jaime III, que fue el último rey de la dinastía privativa balear, del reino de Mallorca independiente que en la Edad Media comprendía todas las islas Baleares. Murió en Mallorca, en Lluchmayor, decapitado por las tropas de Pedro IV de Aragón al defender su soberanía sobre el reino de sus antepasados. Realmente, lo que reivindica el nombre de Jaume III es este espíritu de lucha por lo que es nuestro y de dar la voz de alarma de que aún estamos a tiempo de preservar y luchar por nuestra identidad lingüística y cultural antes de que sea demasiado tarde. Nuestra batalla es cultural para recuperar el prestigio que ha perdido el ibicenco frente al catalán estándar.

¿Cómo piensan conseguir el objetivo de dignificar el mallorquín, menorquín e ibicenco?
—Sa Fundació defiende la creación de un estándar lingüístico balear para todo tipo de uso formales que de preferencia a las formas insulares frente a las propias de Cataluña. El Govern balear de Francina Armengol está incumpliendo sistemáticamente el artículo 35 del Estatuto de Autonomía que exige que «el catalán de Ibiza y Formentera» será objeto de especial estudio y protección. En primer lugar, hay que cumplir la ley y promover el ibicenco. En segundo lugar, somos partidarios de reformar el Estatuto de Autonomía y que se enseñe y se escriba el balear en las escuelas, administraciones y medios de comunicación públicos, así como en Valencia el idioma oficial es el valenciano. La mayoría de la sociedad balear no está de acuerdo con la imposición del catalán de Barcelona. Los baleares nunca pudimos votar la denominación de nuestra lengua ni el modelo lingüístico. Hay que devolver la voz al pueblo.

¿Quién es el lingüista referente de Sa Fundació?
—Nuestro referente es Mosén Alcover, el primer lingüista moderno de España. Alcover fue un gran defensor de la unidad de la lengua, pero también de la igualdad lingüística entre el balear, el catalán y el valenciano. Por ello, bautizó su diccionario como català-valencià-balear. Combatió el centralismo catalán hasta sus últimas consecuencias, llegando a dimitir como presidente de la Sección Filológica del Institut d’Estudis Catalans en 1913 tras la imposición del barceloní como lengua literaria frente al balear y al valenciano. En Ibiza nuestro referente es el historiador Isidor Macabich, que escribió en ibicenco. El catalanismo intenta ridiculizar al ibicenco comparándolo con el andaluz, y tratando de incultos o ignorantes a los ibicencos que defienden su idioma. ¿Cuántos autores han escrito en ‘andaluz’ en la Historia? Los andaluces no tienen conciencia lingüística de hablar andaluz como lengua propia sino castellano. En cambio, los baleares tenemos conciencia lingüística de hablar ibicenco, menorquín y mallorquín. Isidor Macabich no fue ningún ignorante sino un gran historiador que escribió en su lengua materna, el ibicenco.

¿Considera que el ibicenco se está perdiendo?
—Desde la aprobación del Estatuto de Autonomía de 1983 que reconoce al catalán como lengua propia de Baleares, relegando el ibicenco a subdialecto y prohibiendo su uso en la enseñanza —antes de 1983 en las escuelas se estudiaba la asignatura de lengua balear o lengua y cultura balear—, el ibicenco no ha dejado de perder prestigio frente al catalán estándar. Las instituciones públicas siguen considerando al ibicenco como un dialecto en el sentido más peyorativo del termino, como un patois, una habla doméstica, familiar, sin entidad para la actividad pública y oficial. Nosotros estamos radicalmente en contra de esto. La mayoría de los baleares prefiere el balear frente a la imposición del catalán central. Necesitamos políticos valientes que defiendan el ibicenco. Hay que proponer la creación de un estándar lingüístico balear, así como valencianos y catalanes tienen el suyo, para preservar el ibicenco y el formenterense.

¿Cómo debemos denominar correctamente al ibicenco: lengua, dialecto, modalidad, habla…?
—El ibicenco es una variedad de la lengua de oc que hablamos baleares, valencianos, catalanes y occitanos. No estamos en contra de la unidad del idioma, sino de la uniformidad. Pero no somos un club filológico. Sa Fundació hace una defensa efectiva y pragmática del ibicenco. Partimos de la base de que el ibicenco existe y necesita un apoyo institucional. Debemos luchar por su preservación para que no se pierda y continúe entre las próximas generaciones, porque si se pierde el ibicenco se pierde la cultura y la historia de Ibiza y Formentera. Lo que se habla hoy en las escuelas o en IB3 no es lo que hablaban nuestros abuelos.

¿Cuál es su origen históricamente hablando?
—La lengua de las Baleares proviene de la lengua de oc que hablaban los pobladores catalanes y occitanos que, mayoritariamente, se establecieron en nuestras islas en el siglo XIII tras las conquistas impulsadas por Jaime I de Aragón. Esta lengua se fusionó con el romance balear de los antiguos pobladores de estas islas (judíos, árabes y descendientes de cristianos), dando lugar al ibicenco, al menorquín y al mallorquín como los conocemos a día de hoy. La base lingüística de ambos dialectos era la misma. El origen del ibicenco es el latín.
Basta comparar, por ejemplo, las palabras básicas como mà, peu, cap, braç, cama, bossa, sabata, pedra, terra, aire, foc o herba para comprobar que la estructura lingüística del balear, el valenciano, el catalán y el occitano es la misma.

Sin embargo, en Baleares tenemos influencias más propias del occitano que del catalán como aigo o llengo (pronunciado aigu y llengu en Ibiza y Menorca), que en occitano se escribe aiga y lenga aunque se pronuncian igual, muy poco estudiadas por los filólogos. El ibicenco y el formenterense son un tesoro filológico que hemos heredado de nuestros padres y abuelos, y vamos a defenderlos como tal. Por falta de un modelo lingüístico balear, los jóvenes ya hablan una mezcla entre ibicenco y catalán. Si no le ponemos freno, pronto el ibicenco será irreconocible. No nos importa quién es el padre o la madre, queremos salvar a la criatura.

¿Qué opina del polémico episodio de las pintadas en las paredes y los murales del IES de San Agustí y de la inmersión lingüística en la enseñanza?
—Sa Fundació no entra en cuestiones políticas, nos centramos en defender la presencia y el uso del ibicenco. Luchamos para que en las escuelas de Ibiza se enseñe el ibicenco y no el catalán de Barcelona, al igual que en Valencia los niños aprenden y escriben en valenciano. No nos pronunciamos sobre de la inmersión lingüística, lo único que decimos es que queremos que se enseñe el ibicenco y no el catalán de Barcelona. Ahora bien, a título personal, evidentemente, me parece inadmisible que en un instituto de secundaria se le diga a un profesor que el catalán está por encima de sus derechos individuales. No hay nada ni nadie que esté por encima de nuestros derechos individuales. Tan solo en una tiranía o en una dictadura se puede entender que una lengua esté por encima de los derechos individuales de una persona, ya sea el ibicenco, catalán o castellano. Quien pueda leer mis artículos los domingos en Periódico de Ibiza y Formentera sabe que soy liberal y defiendo la libertad individual de las personas.

Usted ha dado clases en el Instituto Santa Maria d’Eivissa. ¿Qué impresiones se ha llevado respecto al tema del catalán y el ibicenco?
—Yo en clase nunca toqué este tema, a pesar de ser un gran defensor del ibicenco, jamás he querido generar antipatía ni simpatía a mis alumnos sobre mis ideas. A final de curso, he oído comentarios de alumnos y profesores que tiene miedo de expresar sus ideas contrarias a la imposición del catalán frente al ibicenco. Hay muchos padres, alumnos y profesores partidarios del libre uso del ibicenco y del castellano. Precisamente en el Instituto Santa Maria d’Eivissa, en el centro de Vila, hay muchos castellanohablantes, pero estoy seguro de que todos estos padres estarían de acuerdo en que sus hijos aprendieran ibicenco en la escuela.

Recientemente, han presentado unos cursos de ibicenco, que empezarán el próximo 14 de octubre. ¿Cuántos niveles hay y a quiénes van dirigidos?
—En estos cursos hay tres niveles. El primero es el A que es el básico, para castellanohablantes que quieren aprender a hablar ibicenco desde cero. El segundo nivel es el B1, para gente que habla ibicenco pero no lo sabe escribir correctamente o que en la escuela no lo pudo aprender y, finalmente, el C2, es un nivel avanzado donde se enseñan las cuestiones gramaticales y ortográficas para gente que tiene conocimientos de catalán o valenciano y tienen dudas a la hora de escribir correctamente el ibicenco.

¿Por quién han sido diseñados los cursos? ¿Quién los impartirá?
—Los cursos han sido diseñados por Sandra Amoraga, licenciada en Filología Catalana y especializada en las modalidades insulares y serán impartidos, online, por Vicent Costa Costa, licenciado en Derecho y estudioso del ibicenco. Vicent Costa colaboró con el prestigioso filólogo Xavier Pericay en la elaboración del libro Un model lingüístic per ses Illes Balears. El curso durará tres trimestres y las clases serán de una hora semanal.

¿Cómo se pueden apuntar las personas interesadas en estos cursos?
—Pueden matricularse a los cursos de ibicenco llamando al 616 624 355, al 971 666 648 o enviando un correo a info@safundacio.es.

¿Qué expectativas tienen ante estos cursos?
—Estamos muy ilusionados porque hemos tenido una gran demanda de plazas, hemos respondido a más de cien personas interesadas en aprender ibicenco, y por eso, animamos a todo el mundo a que se apunte y pruebe nuestros cursos de ibicenco, ya que somos los únicos que defendemos el ibicenco y, además, somos la única institución que está reuniendo a filólogos, historiadores, profesores e intelectuales, para difundir el ibicenco.

¿Cuándo se presentará el Comité insular de Sa Fundació d’Eivissa y Formentera?
—El comité insular de Sa Fundació d’Eivissa y Formentera se presentará en los próximos meses. Además de este Comité vamos a crear una Junta insular de socios y voluntarios donde se tratarán las iniciativas y proyectos que se llevarán a cabo para promover el ibicenco en la isla. Queremos hacer partícipes a los ibicencos y formenterenses de esta formación y animamos a todo el mudo a que se apunte porque todavía estamos a tiempo de revertir la situación, de frenar la degradación del ibicenco frente al catalán, y conseguir que se pueda aprender y estudiar el balear en las escuelas y en la universidad, y que se use en los medios de comunicación. Esta será nuestra batalla y cuantos más seamos más fuerza tendremos.

¿Cuáles son las prioridades más urgentes que ven en Ibiza?
—Hemos empezado con los cursos y con ellos queremos que la gente que antes escribía en castellano ahora escriba en ibicenco. Todos los ibicencos que escribían en castellano porque tenían dudas y tenían miedo de no escribir correctamente el ibicenco, ahora podrán hacerlo. Nosotros defendemos de verdad el ibicenco y no los catalanistas, ellos imponen el catalán estándar, provocando que cada vez más más gente se pase al castellano. Nosotros conseguimos justo lo contrario, que cada vez más gente hable y escriba en ibicenco.
Queremos despertar el eivissenquisme, aquel sentimiento que queda en Ibiza y Formentera para defender la lengua y cultura de las Pitiusas. Desde Sa Fundació animamos a empresarios, profesores, ciudadanos y a todo el mundo que quiera participar en este proyecto a que se sume y se haga socio.

¿Cómo puede una persona hacerse socia de Sa Fundació?
—De forma muy simple, solamente hay que inscribirse en la página www.safundacio.es. Somos una entidad sin ánimo de lucro que no recibe subvenciones públicas. Las donaciones a Sa Fundació tienen una desgravación fiscal de hasta el 75% en los 150€ primeros. Es decir, donar 10€ mensuales realmente no cuesta ni 2€ al mes, y estás ayudando a la defensa del ibicenco.

Por último, ¿que diría a los ibicencos y formenterenses ante la llegada de Sa Fundació a las Pitiusas?
—Animamos a la gente de Ibiza y Formentera a que dé un paso al frente y si aman el formenterense y el ibicenco se apunten a Sa Fundació. Queremos sumar fuerzas y que cada uno aporte su granito de arena para recuperar el prestigio lingüístico del ibicenco y del formenterense. Ha llegado el momento de ser valientes y leales con nuestros antepasados. O defendemos el ibicenco aquí y ahora o pronto será demasiado tarde.