Los usuarios de la Asociación de Personas Sordas de Ibiza y Formentera estuvieron acompañados en todo momento por Matilde Hernández y por Magdalena, su intérprete de signos. | DANIEL ESPINOSA

La pintora madrileña Matilde Hernández sigue dando pasos para conseguir que el arte no entienda de barreras y pueda ser accesible a todo el mundo. La última, la visita que organizó ayer por la tarde para el personal y los usuarios de la Asociación de Personas Sordas de Ibiza y Formentera (APSIF) a su exposición Pasado y Presente: Luz de Ibiza y Formentera.

A la pequeña sala de Can Curt, en Sant Agustí, acudieron una decena de personas de esta asociación, afiliada a la Asociación de Personas Sordas de Islas Baleares, acompañadas de Magdalena, su intérprete en lengua de signos. Ella fue la encargada de ir traduciendo todas las explicaciones de la artista nacida en Aranjuez consiguiendo lo que hasta hace poco parecía un imposible, que todos entendieran que quería plasmar Hernández con sus pinturas, las técnicas que emplea y algunos secretos de la vida cotidiana de las Pitiusas que refleja en sus creaciones.

Según explicó la pintora madrileña a Periódico de Ibiza y Formentera la idea se gestó porque ella es una persona muy dinámica que está metida en mil proyectos, uno de ellos, precisamente, ser voluntaria con esta asociación. «Colaboro con ellos desde que comenzó el confinamiento en muchas de las actividades que realizan, como por ejemplo las visitas guíadas a las playas y calas de Ibiza o las visitas organizadas al Museu d’Art Contemporani d’Eivissa y pensé que sería una magnífica oportunidad que pudieran venir a disfrutar de mi exposición con Magdalena e intentar que el arte siga siendo lo más inclusivo posible».
«No poner barreras a nada»

En este caso, Hernández aseguró que utiliza el arte y la pintura también como una forma de interactuar con los usuarios de esta asociación. «Soy voluntaria dos días al mes y me lo como como una manera que aprender a relacionarme con ellos y que al mismo tiempo ellos puedan acceder al mundo de la pintura desde el silencio y primando las bases de la arterapia y la creatividad». De hecho, la artista madrileña lo tiene bien claro. «No poner barreras a nada es lo que me incentiva a seguir trabajando con ellos, que ellos aprendan de mi y yo con ellos a entenderme con su lengua de signos».