Únicamente hubo dos puestos de librerías ofreciendo sus libros para todas las edades durante todo el día. | DANIEL ESPINOSA

La ciudad de Ibiza celebró ayer, algo más de un mes después, el Día de las Librerías. Sin embargo, el evento organizado por el Ayuntamiento de Eivissa en el céntrico paseo Vara de Rey quedó un tanto desangelado y triste al participar únicamente dos de las librerías que permanecen abiertas en la ciudad, Hipérbole, en la calle Aragón, y Sa Cultural en el número 11 de la calle Bisbe Abad i Lasierra.

A pesar de ello, el optimismo era el estado predominante entre los libreros participantes. «Ya que el coronavirus no nos dejó salir a celebrar como tocaba el Día de Sant Jordi y el Día de las librerías en noviembre tampoco fue muy bueno, siempre es bueno que alguien apueste por este gremio que, aunque mucha gente no lo sepa, está sufriendo mucho desde que apareció la pandemia», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Pedro González, uno de los propietarios de Sa Cultural.

No en vano, las librerías han visto como el coronavirus se ha convertido en un nuevo enemigo junto a la venta por internet contra el que combatir. «Nos ha hecho mucho daño porque nosotros ofrecemos un servicio de atención al público y de cercanía y eso se ha visto muy limitado con todas las medidas que son obligatorias y por el miedo que ha tenido la gente a salir a la calle y no contagiarse», explicó el propio González.

Además, en el caso de su librería Sa Cultural, los muchos eventos y presentaciones que hacían en su librería también se han visto afectados. «Está siendo muy duro porque hay que mantener unos aforos y porque muchos escritores no pueden venir desde la Península debido a todas las restricciones que hay de vuelos y seguridad».

Afortunamente para ellos, el goteo de clientes e interesados a los dos puestos fue casi constante durante todo el día con muchos clientes buscando un regalo perfecto para Papá Noel y los Reyes Magos aprovechando el descuento del 5%. «Nos parece magnífico el que se fomente la idea de comprar libros de todo tipo y animar la gente a que lea, apostando además por comprar por un comercio de cercanía y un trato mucho más personalizado», explicó Maruja Riera, una de las responsables de la librería Hipérbole.

Mucho donde elegir
No en vano, si no fuera por la atención de los libreros ayer era realmente difícil saber que elegir al menos que se tuviera bien claro. «Yo la verdad que no se muy bien lo que busco aunque si tengo claro que tiene que ser algo relacionado con la historia de España porque a mi novio me encanta», nos contó Mariola mientras sostenía en sus manos el último de Arturo Pérez Reverte, Línea de fuego.

Mientras, otros como Rosalía había aprovechado que tenía que hacer unas compras en el centro de la ciudad de Vila para acercarse a los puestos a buscar ensayos «para aprender durante estas Navidades», un libro de cocina para su suegra, el último de Rosa Montero para su nuera y lo último de Jiménez Losantos para mi marido, y alguna de las historias de Isadora Moon para mis hijos Adrián y Carlota.

Firmas de autores
Además, algunos escritores afincados en Ibiza se acercaron a firmar sus ejemplares en el puesto instalado por Hipérbole.

Los más madrugadores fueron Iolanda Bonet y Lluis Ferrer, y después les siguieron Cristina Amanda Tur, Vicent Martí Tur Botja, Antonia Cirer y Cristina Roldán Ripoll que hizo doblete, por la mañana y por la tarde.