Teresa Bonet, frente a parte de sus creaciones. | Irene Arango

La artista Teresa Bonet inauguró este viernes en Can Tixedó su primera exposición individual, titulada Eivissa, entre pagesos i artesans. La muestra, que hace un año y medio que la lleva preparando, consta de 37 obras de óleo sobre lienzo de formato mediano y grande, de estilo figurativo, cuya temática principal son personajes vestidos con la indumentaria típica ibicenca, desde niños a mayores, familiares y personajes del pueblo de Santa Gertrudis, su pueblo natal, que como explica la artista a Periódico de Ibiza y Formentera «es una representación de la cultura tradicional ibicenca, a través de diferentes retratos de balladors i artesans y también un homenaje a este pueblo».

Además de los óleos, también presenta varios collages hechos con telas, que representan una pequeña muestra de su próximo proyecto. Bonet, maestra de profesión, relata que empezó a pintar en el 2012 «debido a una necesidad de romper con algo en mi vida ya que laboralmente estaba saturada y emocionalmente fue una vía de escape y como la pintura se convirtió en una necesidad de expresión y una pasión».

Por otra parte, comenta que su madre es modista y, por ello, está acostumbrada a ver «siempre cosas hechas manualmente», lo que le facilitó el dedicarse a algo también manual. Esta artista, según ella misma explica, se ha criado «entre telas, texturas, y brocados» y jugando con su hermana gemela debajo de la mesa de cortar del taller de su madre. De pequeñas vestían a sus barbies con diferentes telas y recuerda con especial cariño los brocados, texturas, calidades y brillo de las telas de los 80 y los pliegues de las telas, que quedan reflejados en sus obras. Además, también bailababa ball pagès con el traje hecho por su madre, lo que le facilitó aún más el contacto con esta indumentaria.

Además, el hecho de que al ser maestra de escuela siempre preparaba los materiales para pintar para los alumnos. Sus amigas, al saber que se le daba muy bien, siempre le pedían que les pintara algo.

También comenta que al principio «tenía miedo al lienzo en blanco» y, por ello, animada por una amiga, se apuntó a clases de Pintura con Trini Cambrón en la Escuela de pintura Plástika en el 2012. Ésta es su primera exposición «pensada y meditada», aunque ya había realizado hace algunos años una exposición individual con cuadros de óleo, acrílico y técnica mixta que tenía en esa época.

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Obras basadas en fotos

Sus obras están basadas en fotografías que, aunque le gustaría que hubieran sido suyas (algo que no descarta para un futuro), aún no ha tenido tiempo para realizarlas ella misma. Algunas de estas fotografías son de su prima Cata Prats, otras son de archivo, algunas de Elisa Pomar, de Giuseppe Concas o Enric Raw.

Reto personal

Asimismo, esta exposición ha supuesto un reto para ella «porque la mayoría de los cuadros son retratos y pintarlos es muy delicado, sobre todo, pintar los ojos , su mirada y expresiones», según precisa. «Captar los rasgos y la esencia es lo más difícil», asegura la pintora.

Además, también le ha resultado muy difícil pintar los rojos «que son colores muy transparentes y se tienen que esperar los tiempos de secado para repintar por encima y no arrastrar la pintura». Para finalizar explica que «esta exposición podría dar mucho más de sí» y que le gustaría ampliarla más en un futuro siguiendo con el gran formato con el que disfruta muchísimo.